La provincia de Salta atraviesa días de inquietud sanitaria. En el norte argentino, donde la vida cotidiana se entrelaza con el trabajo en el campo y la cercanía con ambientes naturales, el hantavirus volvió a hacerse presente con fuerza: once casos confirmados y cinco muertes encendieron la alarma, especialmente en departamentos con fuerte impronta rural.
Anta, Orán, San Martín y Rosario de Lerma concentran los contagios registrados hasta el 22 de diciembre, con mayor incidencia en Orán, donde se notificaron seis casos, seguida por Anta y San Martín con dos cada uno, y Rosario de Lerma con uno.
Se trata de departamentos donde la actividad agropecuaria, la presencia de monte y los asentamientos dispersos forman parte del paisaje cotidiano, un contexto que refuerza la exposición al contacto con roedores y explica la necesidad de extremar las medidas de prevención en ámbitos del interior.
Allí, el contacto con galpones, silos, leña acumulada y viviendas rurales expone a productores, peones y familias a un riesgo que muchas veces pasa desapercibido.