La nuez es un fruto seco que ofrece una amplia gama de beneficios para la salud. En el artículo, exploraremos sus propiedades y cuántas nueces se recomienda comer al día.
Las nueces contienen tocoferoles y polifenoles con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Estos compuestos ejercen efectos anticancerígenos, previniendo el desarrollo y la progresión de diferentes tipos de cáncer, como el de próstata, mama, colon y riñón.
Las nueces son ricas en ácidos grasos omega-3, que disminuyen el colesterol total y el colesterol LDL (“malo”). Además, los polifenoles presentes en las nueces mejoran la función endotelial y actúan como protectores cardiovasculares. Los polifenoles y el omega-3 en las nueces protegen el cerebro, mejorando la comunicación neuronal y previniendo enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson.
Estos frutos son ricos en fibras y ácidos grasos, actúan como alimento prebiótico, estimulando el crecimiento de bacterias beneficiosas para la salud intestinal. Esto ayuda a regular la función de los intestinos y previene el estreñimiento.
Las nueces son una fuente concentrada de energía debido a sus grasas saludables, como los ácidos grasos omega-3 y omega-6. Estas grasas proporcionan combustible duradero para entrenamientos intensos y carreras de larga distancia.
Los ácidos grasos omega-3 presentes en las nueces contribuyen a mantener una circulación óptima, especialmente importante para los corredores que someten su sistema cardiovascular a pruebas constantes.
Los compuestos antioxidantes y antiinflamatorios en las nueces ayudan a reducir la inflamación y el estrés oxidativo asociados con el ejercicio físico intenso, favoreciendo una recuperación más rápida y una menor incidencia de lesiones.
Además de grasas saludables, las nueces son ricas en proteínas, fibra, vitaminas y minerales, contribuyendo al funcionamiento óptimo del organismo. Se sugiere consumir entre 25 g y 30 g de frutos secos al día, incluyendo nueces, almendras, pistachos y anacardos. Diferentes estudios han asociado 21 g de nueces al día con un menor riesgo de mortalidad, mientras que 43 g al día reducen el riesgo de enfermedad coronaria.