Mientras los salteños disfrutaban de la Nochebuena y el arranque de la Navidad 2025, la tierra decidió dar un sacudón inesperado en el oeste de la provincia, con dos movimientos sísmicos que pusieron en alerta a la región sin causar daños mayores.
El primer temblor se sintió alrededor de las cuatro y pico, con una intensidad moderada que no llegó a generar pánico generalizado, pero sí despertó a varios vecinos en las zonas más cercanas al epicentro. Ubicado bien al oeste de la capital salteña, cerca de esos paisajes remotos como Tolar Grande, el sismo registró una magnitud que no superó los 3 grados en la escala Richter, y se produjo a una profundidad que amortiguó su impacto en la superficie. En un país como Argentina, donde el noroeste está acostumbrado a estos caprichos de la naturaleza, igual no deja de ser un recordatorio de que la tierra no respeta feriados.
Apenas una hora después, como si la Pachamama quisiera insistir, vino el segundo movimiento. Esta vez, un poquito más leve, pero igual perceptible para quienes estaban despiertos o sensibles a estos eventos. El epicentro se corrió un tanto al noroeste, no lejos de localidades como Catúa, y nuevamente la profundidad jugó a favor para que no hubiera consecuencias graves. Los salteños, que ya saben de estas cosas por vivir en una zona sísmica activa, compartieron rápidamente en las redes sus experiencias, desde el susto inicial hasta el alivio de que todo quedara en un mal rato. En un día tan especial como el 25 de diciembre, estos temblores en Salta sumaron un toque de adrenalina a las celebraciones.
Lo que explica esta actividad telúrica en el noroeste argentino es su posición geográfica privilegiada, o complicada, según se mire. La provincia está justo en el límite de placas tectónicas, donde la Sudamericana choca con la de Nazca en un proceso de subducción que genera estos movimientos frecuentes. No es nada nuevo para los locales, que conviven con sismos menores todo el año, pero cuando caen en fechas como Navidad, el impacto emocional es mayor. Expertos en prevención sísmica remarcan que, aunque de baja magnitud, sirven para recordar la importancia de estar preparados en una región vulnerable.
Al final, esta Navidad 2025 en Salta dejó un saldo de sustos pero sin tragedias, un alivio para una provincia que ya tiene bastante con sus desafíos cotidianos. Los temblores, aunque inofensivos esta vez, invitan a reflexionar sobre la imprevisibilidad de la naturaleza en Argentina, y cómo hasta en medio de las fiestas, el suelo puede recordarnos que estamos en una zona de actividad sísmica constante. Para los salteños, fue un cierre de año con un poco de movimiento extra, literal.
