En las vísperas y la madrugada de Navidad, el Hospital Público Materno Infantil de Salta registró la atención de dos pibes con heridas leves vinculadas al manejo de pirotecnia, un problema que se repite cada fin de año en muchas familias argentinas. Uno de los casos involucró a un chico de 11 años del barrio Solidaridad, en la capital salteña, quien llegó con una lesión ocular menor tras encender una bengala. Los médicos lo evaluaron rápidamente y, por suerte, no necesitó quedarse internado, evolucionando bien en su casa.
El otro incidente ocurrió unos días antes, el 22 de diciembre, cuando una nena de 7 años se quemó levemente en la cabeza y la oreja por una cañita voladora que salió mal. También fue tratada de forma ambulatoria, sin complicaciones mayores. Estos episodios ponen en evidencia cómo, pese a las campañas de prevención, la pirotecnia sigue causando sustos en hogares de todo el país, especialmente en provincias como Salta donde las tradiciones festivas incluyen estos elementos.
La actividad en las guardias del hospital fue intensa durante el 24 de diciembre, con un total de 232 asistencias que abarcaron desde emergencias pediátricas hasta perinatológicas. En el sector de chicos, se hicieron 125 consultas médicas y 154 intervenciones de enfermería, mayormente por golpes, problemas respiratorios y cuadros estomacales que son comunes en esta época de reuniones y excesos.
Ya en el 25 de diciembre, hasta el mediodía, se acumularon 58 atenciones más, incluyendo 34 chequeos pediátricos y 12 de enfermería en ese área, además de 10 en perinatología relacionadas con partos y controles. Esta demanda refleja no solo los riesgos de la pirotecnia en Navidad, sino también el pico de consultas típicas de las fiestas en Argentina, donde los hospitales públicos como el de Salta se convierten en el primer recurso para muchas familias.