En una mañana marcada por la expectativa y el movimiento habitual de la sede central de SAETA en la ciudad de Salta, se puso en marcha un nuevo ciclo de capacitación destinado a choferes e inspectores del transporte público metropolitano. La instancia formativa, que se desarrollará en distintas fechas para las empresas que operan dentro del sistema, apunta a reforzar la seguridad vial y a mejorar la calidad del servicio para los miles de usuarios que todos los días dependen del transporte urbano para trabajar, estudiar o realizar trámites.
La primera jornada tuvo como protagonistas a más de 50 trabajadores de Ale Hnos., firma responsable de operar el corredor 5. Desde temprano, los participantes fueron llegando a la sala de capacitación, donde especialistas de la Subsecretaría de Seguridad Vial de la Provincia encabezaron una serie de módulos teóricos y prácticos vinculados a la prevención de siniestros viales, la conducción responsable y la toma de decisiones frente a situaciones de riesgo.
El presidente de SAETA, Claudio Mohr, participó del inicio del ciclo y dirigió unas palabras a los presentes. Si bien su intervención fue breve, dejó claro el objetivo central de este programa: profesionalizar aún más la tarea dentro del sistema y consolidar una cultura de manejo seguro. En ese contexto, valoró el compromiso de los trabajadores al sumarse a una instancia que, según destacó, “impacta directamente en la experiencia del usuario y en la seguridad de todos los que circulan por la ciudad y el área metropolitana”.
El transporte público en Salta atraviesa desde hace años un proceso de actualización constante. Los cambios en el parque automotor, la incorporación de nuevas tecnologías de monitoreo y los ajustes en los recorridos se complementan con la capacitación continua del personal. La formación de choferes e inspectores se volvió clave en un escenario donde el crecimiento del tránsito, el aumento del parque vehicular y la fuerte demanda horaria obligan a extremar cuidados en cada maniobra.
Durante la jornada se abordaron temas centrales como conducción reflexiva, identificación de factores de riesgo, maniobras peligrosas frecuentes en zonas urbanas, el concepto de homeostasis del riesgo —que analiza cómo el conductor tiende a compensar la percepción de peligro— y la importancia de la comunicación entre inspectores, choferes y pasajeros. Los instructores explicaron también cómo aplicar estos conocimientos en escenarios cotidianos: desde la congestión de las horas pico en avenidas como Paraguay, Tavella o Ex Combatientes de Malvinas, hasta los descensos y ascensos en paradas con alta afluencia, donde una distracción mínima puede derivar en un accidente.
Uno de los ejes más enfatizados fue la necesidad de adoptar una conducta preventiva en todo momento, incluso cuando la rutina vuelva automático el manejo. Según remarcaron los capacitadores, muchos siniestros viales en Salta ocurren no por imprudencias graves, sino por pequeños descuidos que se acumulan: distracciones, exceso de confianza, desconocimiento del estado de la calle o la falta de anticipación ante maniobras de otros vehículos. La propuesta, en este sentido, es que cada chofer incorpore herramientas para gestionar el estrés del tránsito y mantener la atención activa durante todo el recorrido.
Los ejercicios grupales, que formaron parte de la segunda mitad de la capacitación, permitieron analizar casos reales ocurridos tanto en corredores urbanos de Salta Capital como en trayectos que conectan a San Lorenzo, Cerrillos, La Merced y Rosario de Lerma. En cada uno de ellos se discutieron posibles alternativas de reacción y se reflexionó sobre qué decisiones pueden prevenir situaciones límite. La modalidad de trabajo colaborativo generó momentos dinámicos, donde los propios choferes compartieron experiencias vividas en la calle y señalaron puntos del sistema donde consideran necesario reforzar la señalización, la iluminación o la infraestructura vial.
Desde SAETA, remarcan que este ciclo se repetirá con todas las empresas operadoras durante las próximas semanas. La idea es que cada corredor pueda actualizar conocimientos, plantear dudas y recibir herramientas adaptadas a las características particulares de su zona de trabajo. No es lo mismo conducir por arterias anchas del macrocentro que circular por barrios donde las calles son estrechas, la iluminación es menor o la presencia de motociclistas es más intensa, como ocurre en varias zonas del norte y del sudeste de la ciudad.
El transporte público en el Valle de Lerma es un servicio esencial que, como destacan desde el organismo, cumple un rol social fundamental. No se trata únicamente de trasladar personas, sino de garantizar que el acceso a escuelas, hospitales, oficinas públicas y centros de actividad laboral sea posible de manera segura y eficiente. En un contexto económico complejo, donde muchas familias dependen exclusivamente del colectivo para movilizarse, mejorar la prestación del servicio se vuelve una prioridad.
Además, la seguridad vial sigue siendo uno de los temas más sensibles en la agenda provincial. Los siniestros en rutas como la 26, la 51 o la 9/34 continúan siendo motivo de preocupación, y aunque SAETA opera principalmente dentro del área urbana, sus unidades interactúan a diario con un tránsito variado: autos particulares, motos, bicicletas y peatones. Por eso, cada ajuste en la formación de los conductores tiene un impacto directo en la prevención de incidentes.
Otra parte importante de la capacitación estuvo enfocada en la relación con los pasajeros. Si bien la seguridad vial es el núcleo del programa, SAETA busca fortalecer aspectos vinculados a la atención al usuario, el respeto en situaciones de tensión y la gestión de conflictos en el interior de las unidades. Los capacitadores trabajaron sobre casos concretos: desde cómo actuar ante un pasajero que intenta descender fuera de una parada hasta la correcta comunicación cuando hay demoras, desvíos o inconvenientes técnicos.
Hacia el final de la jornada, los inspectores recibieron también herramientas orientadas a mejorar la supervisión del servicio, con énfasis en la observación del comportamiento de los choferes, el estado de las unidades y la interacción con el entorno urbano. Esta función resulta clave para detectar falencias antes de que generen incidentes mayores y para acompañar, desde la calle, la política de prevención que la empresa busca consolidar.
Lo que viene para los próximos días es una agenda amplia de talleres con choferes de otras empresas del sistema. La Subsecretaría de Seguridad Vial adelantó que se incorporarán nuevos módulos sobre conducción con condiciones climáticas adversas, teniendo en cuenta que en Salta suele haber problemas de visibilidad con las primeras lluvias de verano, además de calzadas resbaladizas en zonas donde se acumula barro.
Con este nuevo ciclo, SAETA apuesta a profesionalizar aún más el servicio y a posicionar al sistema de transporte del área metropolitana como uno de los más organizados del norte argentino. La combinación de tecnología, control y formación constante aparece como el camino elegido para responder a las demandas de los usuarios y adaptarse a un tránsito cada vez más complejo. Para los choferes, representa también una oportunidad para reforzar conocimientos, compartir experiencias y sentirse parte activa de un servicio que cumple una función social irremplazable en Salta
En definitiva, la capacitación es una inversión en seguridad y calidad. Y cada jornada que se realice durante este ciclo aporta un paso más hacia un transporte público más eficiente, confiable y seguro para todos los salteños que lo utilizan a diario.