En plena Navidad, cuando todos queremos disfrutar en familia con el asado, los brindis y los regalos, la ciudad de Salta se topó con un problema recurrente: la acumulación de residuos por el incumplimiento de los horarios de recolección.
Agrotécnica Fueguina, la empresa encargada de la higiene urbana en la capital salteña, tuvo que salir a recordar que respetar el cronograma no es un capricho, sino una cuestión de respeto hacia el servicio y, sobre todo, hacia los trabajadores que dejan todo para mantener las calles limpias. A pesar de que los horarios se comunicaron con anticipación, muchos vecinos sacaron bolsas y cajas en momentos no permitidos, lo que generó desbordes y obligó a refuerzos imprevistos en plena fiesta.
Las fotos que circulan muestran lo que pasó: contenedores rebalsados, restos de botellas de sidra tiradas por ahí, envoltorios de regalos y comida acumulada en las veredas de distintos barrios. Esos descuidos no solo afean la ciudad, sino que afectan directamente a los recolectores, que tuvieron que suspender sus celebraciones navideñas para salir a resolver el lío. En una provincia como Salta, donde el servicio de recolección de residuos es clave para evitar problemas de salud y mantener el orden en una ciudad que crece sin parar, estos incumplimientos terminan impactando en todos.
La empresa insistió en que cumplir con los días y horarios establecidos es fundamental, especialmente en fechas como Navidad y Año Nuevo, cuando se genera más basura por las comilonas y los festejos. Pidieron colaboración ciudadana para no sacar residuos fuera de turno, algo que parece simple pero que hace una gran diferencia en la organización del servicio.
Al final, esto nos deja pensando en la responsabilidad compartida: una ciudad limpia como Salta la merecemos todos los días, no solo en las fiestas. Con un poco más de conciencia, los trabajadores podrían haber disfrutado su Navidad en paz, y nosotros despertaríamos con calles impecables. Ojalá el mensaje cale para el Año Nuevo y evitemos repetir la misma historia.
