Antes de su inauguración oficial, el cerco perimetral construido en la localidad fronteriza de Aguas Blancas para direccionar el tránsito de personas hacia los controles migratorios, ya advierte algunos inconvenientes en su instrumentación.
Entre el miércoles y jueves de la próxima semana, la empresa que tiene a cargo la instalación del alambrado en la zona del paso fronterizo hará formalmente entrega de la obra.
La instalación del cerco permitirá ordenar el ingreso del enorme volumen de personas que llegan desde Bermejo, Bolivia, con productos de todo tipo, adquiridos con la ventaja del tipo de cambio entre ambos países. Pero este nuevo cerco, que operativamente ya está funcionando, está provocando que todo el movimiento de bienes y personas se direccione a la zona conocida como finca Karina, ubicada a unos 2 kilómetros antes de Aguas Blancas, lugar que se convirtió en una especie de "aduana paralela", por donde pasa toda la mercadería de contrabando con una enorme impunidad.
"Cómo es posible que tengamos distintas fuerzas de seguridad trabajando en la zona y a finca Karina nadie la registra, pese al intenso movimiento que se advierte desde la propia ruta nacional 50", aseguró Adrián Zigarán, interventor de Aguas Blancas y adelantó que en los próximos días habrá diálogo con las autoridades nacionales para plantear este tema.
Zigarán relató que "todo el mundo, en vez de ir al pueblo y pasar por Migraciones, ingresa a esta finca y de manera ilegal, contrabandean y perjudican a toda la actividad comercial de Aguas Blancas. Ya no tenemos ingreso por el estacionamiento de los vehículos, este canon lo absorbe esta finca. El problema es que es el centro del contrabando y por ahí pasan hasta las camionetas robadas que van a Bolivia. Hasta los rieles, todo pasa por ahí, a la vista de todos" expresó Zigarán.
Luego dijo: "Yo hablo en términos municipales porque nosotros recaudamos por vehículo esos 500 pesos que nos ayudan bastante. ¿Cómo vamos a poner un supercontrol en el pueblo y a 2 km de allí se permita esta actividad paralela?".
Sobre el funcionamiento de la llamada finca Karina, Zigarán no pudo dar mayores detalles. Se pudo averiguar en forma extra oficial que se trata de una finca sin actividad productiva, que se encuentra sobre el margen derecho del Río Bermejo, a dos kilómetros aguas abajo de Aguas Blancas y que tiene un acceso directo desde el lecho del río hasta la ruta nacional 50. Al parecer se tata de un terreno privado que sería propiedad de un ciudadano boliviano de apellido Salazar.
"Esa es la realidad que tenemos acá. El sábado pasado empezó a funcionar el cerco e inmediatamente se formó una fila de casi 10 cuadras. Entonces, para no hacer la fila, todo el mundo se fue a Karina. Nadie más ingresó al pueblo y esto es una contradicción enorme. El Estado empieza a hacer un fuerte control, pero a dos kilómetros pasa de todo" se quejó Zigarán.
"Lo que no quiero es que me sequen el pueblo. Si todo el mundo evita Migraciones por el cerco que ya está funcionado, y entra por lugares alternativos, todo el esfuerzo es en vano", sostuvo el interventor.
Finca Karina está a poco más de 2 kilómetros de Aguas Blancas, antes de llegar al pueblo, es decir un ingreso paralelo a la frontera. "Allí hay un desvío a mano derecha y te cobran entrada, te cobran si respiras, te cobran todo. En Aguas Blancas lo que entra en el pueblo por chalanas es el 15% del contrabando, el 85% va por los gomones a Puerto Karina. La mayor concentración de narco, merca, contrabando, choreo es ese predio. Y eso es una finca privada, el dueño es un boliviano apellido Salazar", dijo una fuente del norte.
El interventor aclaró los números: "Este es un pueblo pequeño, 3.500 habitantes, yo recaudo impuestos inmobiliarios por mes 100.000 pesos, alumbrado, barrido de limpieza por mes 250.000 pesos y por el ingreso al pueblo recaudamos -el peor mes- 12 millones, el mejor 19, promedio 15".
"Entonces, cuando empieza a funcionar el cerco se mueren los vendedores ambulantes, los vendedores de comida, los carreros (personas que llevan y traen la mercadería), porque ya no van a poder pasar, entrar y salir. Es un tema complejo", dijo.
Luego se sinceró: "Yo había advertido que antes de inaugurar el cerco hay que hablar porque hay un montón de temas que hay que solucionar. En esta frontera hay determinadas situaciones que debieran atenderse: como el tema del control de las chalanas, sin embargo, Nación no las implementa" aseguró.
"Entonces, todo está muy bien orquestado a la vista de todos, pero nos está generando un perjuicio muy grave. No puedo admitir que la Nación nos restrinja todo porque vamos a tener problemas cuando empiece a funcionar oficialmente el cerco de alambre y todo el volumen de la actividad se vaya para otro lado" sostuvo Zigarán.
Al respecto de esta "aduana paralela" que se armó en la zona, otra fuente consultada dijo que en ese lugar, Finca Karina, no se produce nada. "Solo se dedican a ganar millones por día. Reciben los gomones bolivianos que están prohibidos en Bolivia, sin embargo, siguen funcionando, descargan y los gomones vuelven a Bolivia. Los esperan cinco camioncitos 0 km, los vuelven a remontar río arriba y es una calesita" aseguró.