Abel Pintos celebra sus 41 años consolidado como uno de los artistas más influyentes de Argentina. Desde su debut en el Festival de Cosquín hasta llenar estadios con su música, su trayectoria ha sido un reflejo de evolución artística y crecimiento personal. Hoy, además de ser un ícono popular, disfruta de una vida familiar plena junto a su esposa, Mora Calabrese, y sus hijos.
Nacido el 11 de mayo de 1984 en Bahía Blanca, Abel mostró su talento desde pequeño. Criado en Ingeniero White, comenzó a cantar en actos escolares y eventos municipales. A los siete años, su voz llamó la atención de Raúl Lavié, quien llevó una grabación suya hasta León Gieco. Este último se convirtió en su mentor y lo ayudó a dar sus primeros pasos en la industria musical.
En 1997, con apenas 13 años, Abel lanzó su primer álbum, Para cantar he nacido, un trabajo que reflejaba su amor por el folclore. Un año después, debutó en el Festival de Cosquín, donde su interpretación cautivó al público y marcó el inicio de una carrera que no dejaría de crecer.
A lo largo de los años, Abel Pintos fue explorando distintos géneros sin perder su esencia. Aunque nunca abandonó sus raíces folclóricas, comenzó a incursionar en la música romántica, el pop y la cumbia, lo que le permitió conectar con distintas generaciones. Su capacidad para reinventarse sin perder su identidad ha sido clave en su éxito.
Con 11 álbumes de estudio y tres en vivo, Abel ha cosechado numerosos premios, incluyendo 19 Premios Gardel, tres de ellos de Oro. En 2017, se convirtió en el primer folclorista en llenar el Estadio Monumental de River Plate, un hito que reafirmó su lugar en la historia de la música argentina.
Más allá de su carrera artística, Abel ha experimentado una profunda transformación personal. Durante años, su vida privada fue objeto de especulación, hasta que él mismo decidió compartir su historia de amor con Mora Calabrese. La pareja se conoció en 2013 y, tras superar diversas dificultades, consolidó su relación. En 2021, Abel y Mora se casaron y formaron una familia junto a sus hijos, Agustín y Rosario.
La paternidad ha sido un punto de inflexión en la vida del cantante, quien ha expresado en varias entrevistas que su familia le ha dado una nueva perspectiva sobre la felicidad. Aunque sigue dedicado a la música, su prioridad es disfrutar de los momentos con sus seres queridos.
Hoy, Abel Pintos es más que un cantante; es un referente de la música argentina. Su capacidad para emocionar con su voz y sus letras ha hecho que su público abarque desde jóvenes hasta adultos mayores. En sus conciertos, es común ver familias enteras coreando sus canciones, lo que demuestra el impacto de su arte en distintas generaciones.