El mundo del espectáculo argentino se sacudió con fuerza tras el explosivo cruce entre Graciela Alfano y Susana Giménez, dos figuras icónicas que protagonizan una disputa mediática que parece no tener fin. En medio de acusaciones de brujería, envidia y agresiones verbales, Alfano rompió el silencio y aseguró que está considerando iniciar acciones legales contra la diva de los teléfonos por violencia mediática y acoso.
Todo comenzó con una inesperada intervención de Susana en el programa LAM, donde lanzó una serie de declaraciones incendiarias contra Alfano. La acusó de haberle hecho brujerías, de envidiarla durante décadas y de intentar perjudicarla en reiteradas ocasiones. “Me trató de matar, me hizo brujerías, pero no lo logró porque no tiene talento”, disparó Susana, visiblemente alterada.
Ante semejante ataque, Graciela respondió en Infama con tono firme pero sin perder la compostura. “No le tiré ni un Chaski Boom y me dio con un misil Exocet que no entiendo nada”, ironizó, dejando en claro que no comprende el origen de tanta hostilidad. “Esto es un acto de violencia. Estoy pensando en hacerle juicio”, afirmó, visiblemente dolida.
Uno de los puntos más polémicos del conflicto gira en torno a las acusaciones de prácticas esotéricas. Alfano negó rotundamente haber hecho brujerías y calificó esa acusación como una forma de estigmatización y bullying. “Eso es como decirle a alguien que es mufa. No tenés forma de comprobar lo que estás diciendo”, explicó, citando incluso a un cura exorcista que le dijo: “Quien habla de brujería, es porque la practica”.
Para Alfano, este tipo de señalamientos no solo son falsos, sino que constituyen una forma de violencia simbólica que debe ser denunciada. “Me tienen podrida. Estigmatizar a una persona con brujerías es la peor bajeza porque no es comprobable”, sentenció.