La relación entre Benjamín Vicuña y La China Suárez sigue generando tensiones, especialmente en lo que respecta a la crianza y organización de la vida de sus hijos en común. En medio de la polémica por el llamado “centro de vida” de los pequeños, el actor chileno regresó a Buenos Aires acompañado por Amancio y Magnolia, tras un breve viaje a su tierra natal. Allí, en diálogo con la prensa, fue categórico al referirse a las celebraciones de fin de año: “Las fiestas siempre son un momento hermoso para estar con la familia. No va a ser la excepción”.
Con esa frase, Vicuña dejó en claro que sus hijos pasarán la Navidad y el Año Nuevo junto a él y su familia en Chile y Argentina, descartando la posibilidad de que las celebraciones se realicen en Turquía, país donde actualmente reside La China Suárez junto a Mauro Icardi.
El actor explicó que su viaje a Chile le permitió reconectar con sus raíces y con sus seres queridos. “Me encanta volver a mi país, mis raíces, mi gente, mi familia, sus abuelos, sus primos, sus sobrinos. Es un trabajo que hay que hacer, la gente que tiene familia sabe que eso hay que hacerlo”, expresó con firmeza. Sus palabras fueron interpretadas como un mensaje directo hacia su expareja, con quien mantiene diferencias sobre la residencia y la rutina de los niños.
La disputa se enmarca en un contexto complejo: desde que La China decidió instalarse en Estambul, se abrió un debate sobre cuál es el verdadero “centro de vida” de Amancio y Magnolia. Mientras Suárez apuesta por una vida internacional junto a Icardi, Vicuña insiste en que los niños deben mantener contacto frecuente con sus abuelos y familiares en Argentina y Chile.
