Durante una jornada de rodaje que combinó trabajo, afecto y aprendizaje, Benjamín Vicuña protagonizó un emotivo encuentro con sus hijos Magnolia y Amancio, quienes lo acompañaron en el set de grabación de su nuevo proyecto laboral. El actor chileno, que atraviesa una etapa de intensa actividad profesional, decidió integrar a sus hijos más pequeños en su rutina de trabajo, generando una escena que desbordó ternura y complicidad.
Vestido con un traje negro y camisa blanca sin corbata, Vicuña se mostró relajado y presente junto a Magnolia y Amancio en una sala ambientada como parte del set. Sentado en una banqueta, cerca de un carro técnico, les señalaba una pantalla profesional mientras les explicaba con detalle el proceso de grabación. La atención de los niños era absoluta: Magnolia, con su largo cabello rubio y un abrigo negro, observaba el monitor con curiosidad; Amancio, vestido con chaqueta y pantalón de mezclilla, también se sumaba al momento, sentado en un taburete bajo junto a su hermana.
La escena reflejaba una atmósfera de cercanía y aprendizaje, donde Vicuña asumía con naturalidad su doble rol de actor y padre. La luz blanca del ambiente realzaba los tonos claros del espacio, subrayando la concentración compartida y la calidez del vínculo familiar. Más allá de la exigencia del rodaje, el actor logró convertir ese día en una experiencia significativa para sus hijos, transmitiéndoles no solo conocimientos técnicos, sino también el valor del compromiso y la pasión por el trabajo.
Este gesto cobra aún más relevancia en el contexto actual de la vida familiar de Vicuña. Magnolia y Amancio dividen su tiempo entre Buenos Aires y Estambul, debido a la relación de su madre, Eugenia “la China” Suárez, con Mauro Icardi. La dinámica de 20 días en cada país ha generado tensiones entre los padres, pero Vicuña aprovecha cada instante que tiene con sus hijos para fortalecer el vínculo y compartir momentos de calidad.
