A un mes de la trágica muerte de su nieta Mila Yankelevich, Cris Morena volvió a presentarse en público en un gesto cargado de emoción, coraje y amor. La reconocida productora subió al escenario del Movistar Arena para acompañar a Erreway, la banda que ella misma creó, en un show que se transformó en un homenaje íntimo y colectivo. Frente a miles de personas, Cris se mostró vulnerable pero firme, y compartió palabras que conmovieron profundamente a todos los presentes.
La aparición se dio en el marco del cuarto recital de Erreway en Buenos Aires, donde Benjamín Rojas, Camila Bordonaba y Felipe Colombo volvieron a interpretar los clásicos de Rebelde Way. En medio de la ovación, Cris Morena tomó el micrófono y, con la voz quebrada, expresó: “Estoy con ustedes acá escuchando las canciones que escribí hace tanto tiempo y que todavía siguen vigentes para todos ustedes. ¡Vivan las canciones, viva el amor!”.
Pero el momento más conmovedor llegó cuando recordó a su hija Romina Yan, fallecida en 2010, y a su nieta Mila, quien murió en un accidente náutico en Miami el pasado 29 de julio. “Mañana es el cumpleaños de mi hija Romina, que está con Mila. Y todos ustedes van a estar dándoles luz”, dijo Cris, al borde del llanto. La frase resonó como un puente entre generaciones, entre el dolor y la esperanza, entre la ausencia y el legado.
Luego, leyó un texto que había preparado especialmente para la ocasión. En él, reflexionó sobre el poder de la música, la rebeldía como forma de vida y la necesidad de seguir soñando. “Rebelde hoy es amor, es pasión que explota, es romper con lo que nos impide volar. La rebeldía no es confrontación, es encontrar nuestro propio camino. Jugártela. ¿Se juegan?”, preguntó al público, que respondió con aplausos y lágrimas.