El reconocido chef ítalo-argentino Donato de Santis, figura emblemática de la televisión y la gastronomía local, sorprendió a sus seguidores con una decisión que marca un antes y un después en su vida. A los 61 años, Donato dejó atrás la comodidad, el reconocimiento y la fama para embarcarse en una aventura personal, profesional y espiritual que lo llevó a trabajar de incógnito en un restaurante europeo con tres estrellas Michelin, donde, según sus propias palabras, “nadie sabe quién soy”.
A través de sus redes sociales, Donato compartió un video en el que se lo ve caminando por las calles de una ciudad europea aún no revelada, con apenas un maletín en mano. “Estoy solo con mi maletín”, dice mirando a cámara, visiblemente conmovido. “Voy a trabajar de incógnito. Estoy en un lugar donde nadie me conoce”. En su equipaje, solo lleva lo esencial: un cuchillo, una tabla, su delantal y muchas ganas.
Este gesto, que podría parecer una estrategia de marketing, es en realidad una renuncia voluntaria al ego profesional. Donato se despoja de su rol de celebridad para volver a ser aprendiz, en una cocina donde no hay cámaras ni aplausos, solo trabajo, técnica y humildad.
Aunque no se trata de un programa televisivo, Donato adelantó que documentará esta experiencia en sus redes sociales, compartiendo cada paso, cada frustración y cada logro sin filtros. El proyecto, que aún no tiene nombre oficial, se perfila como una especie de reality gastronómico íntimo, donde el chef se enfrenta a sí mismo y a los desafíos de volver a empezar desde cero.
Este cambio de vida llega en un momento de profunda introspección para Donato. En entrevistas recientes, el chef reflexionó sobre el paso del tiempo y la necesidad de exprimir cada instante. “La vida tiene un vencimiento”, dijo en una charla televisiva, donde calculó cuántos años le quedan y cómo quiere vivirlos: con intensidad, propósito y autenticidad.