El escándalo entre Wanda Nara y Mauro Icardi ha alcanzado un nuevo nivel de gravedad tras la reciente denuncia de la empresaria contra el futbolista. Según documentos judiciales, Wanda acusó a Icardi de ejercer violencia verbal, bullying y castigos extremos contra los hijos que tuvo con Maxi López. La denuncia ha generado un fuerte impacto mediático y social, poniendo en el centro del debate la responsabilidad parental y el bienestar de los menores.
En la declaración presentada ante la justicia, Wanda Nara expuso varios episodios de maltrato que habrían sufrido sus hijos en ausencia de su madre. Según el testimonio de los menores, Francesca e Isabella, las hijas de Wanda con Icardi, fueron testigos de los abusos y relataron que su hermano era el principal objetivo de los ataques del futbolista.
Uno de los episodios más perturbadores mencionados en la denuncia describe cómo Icardi habría obligado a uno de los niños a permanecer sentado a la mesa hasta las siete de la mañana, mientras los demás ya se habían retirado a dormir. Si el menor intentaba dormirse, el futbolista golpeaba la mesa para despertarlo. Además, se menciona que Icardi utilizaba insultos graves, como llamarlo "puto", lo que refuerza la acusación de bullying y maltrato psicológico.
El primero en alertar sobre estos hechos habría sido el colegio de los niños, que notificó a los padres sobre la situación. Ante esto, Maxi López tomó la iniciativa y presentó una denuncia contra Icardi, a la que posteriormente se sumó Wanda Nara. La empresaria decidió llevar el caso ante la justicia, buscando proteger a sus hijos y garantizar que no vuelvan a sufrir episodios de violencia.
