Martín Cirio, conocido en redes como “La Faraona”, volvió a ser noticia tras referirse públicamente a la carta documento que recibió de Eugenia “La China” Suárez. Lejos de mostrarse intimidado por el accionar legal de la actriz, el streamer redobló la apuesta con declaraciones filosas y una chicana que no pasó desapercibida.
Durante una entrevista con el programa LAM, Cirio habló sin filtros sobre el conflicto que mantiene con Suárez desde fines de 2024, cuando ella decidió iniciar acciones legales por presunta difamación. “Me llegó la carta documento, pero cuando vos mandás eso después tenés que iniciar posta el juicio. Eso todavía no pasó”, explicó, dejando entrever que la actriz estaría reuniendo pruebas de sus transmisiones en vivo para avanzar judicialmente.
El streamer, fiel a su estilo provocador, minimizó el conflicto y lo calificó como “una boludez graciosa”. “Me ch*pa tres huevos. Me divierte. No lo juzgo desde un lugar moral. Hay cosas graves en serio”, disparó, dejando claro que no piensa retractarse ni moderar sus dichos.
Uno de los puntos más polémicos de la entrevista fue cuando Cirio retomó el apodo “Tatiana”, que él mismo popularizó para referirse a Suárez. Según explicó, “una Tatiana” es una mujer que se siente atraída por la pareja de una amiga y hace todo lo posible por seducirlo. El término surgió tras el romance entre La China y Mauro Icardi, en un momento en que Suárez mantenía una relación cercana con Wanda Nara.
“Yo me acosté con un montón de casados, y lo hago ahora, pero no me hago amigo de sus mujeres”, lanzó Cirio, diferenciándose de lo que él considera el comportamiento de Suárez. “Nunca miré al novio de una amiga con otros ojos. Si no fuera el novio, me lo garcharía, pero si es el novio de una amiga, no”, agregó, con su habitual tono irreverente.
Además, se animó a opinar sobre la relación actual entre La China y Icardi, sugiriendo que el vínculo está sobreactuado. “Todo el tiempo se demuestra ese amor exorbitante que nadie tiene. Si empiezan así, no va a terminar bien”, sentenció, dejando entrever que no cree en la autenticidad del romance.
