Jefes de estado (Heads of State, Estados Unidos, 2025) es una película de acción y humor protagonizada y producida por Idris Elba y John Cena. Está dirigida por Ilya Naishuller, el realizador de Hardcore Henry (2015) y Nadie (Nobody, 2021), lo que explica la tensión entre escenas muy malas y resoluciones estéticamente complicadas pero finalmente fallidas.
Años de streaming llevaron a que finalmente las películas caras de acción se vieran berretas, poco rigurosas y definitivamente sin gracia. Total, están a un botón de distancia, qué tanto pueden enojar a un espectador. Tiene tres estrellas, hay que sumarle a Priyanka Chopra, y canciones conocidas para lograr algo de simpatía. ¿Pero qué tan simpática puede ser una película tan mala? Poco y nada.
Amazon parece tener una obsesión con los mandatarios héroes de acción, hace un par de meses estrenó G20, protagonizada por Viola Davis y ahora son dos los líderes mundiales llevados a tomar las armas. El Primer Ministro del Reino Unido (Idris Elba) y el Presidente de los Estados Unidos (John Cena) mantienen una rivalidad pública que pone en peligro la alianza de sus países. Mientras que el británico, Sam Clarke, es veterano del ejército, Will Derringer es una estrella del cine de acción convertida en presidente de la noche a la mañana. Ambos se convierten en aliados cuando el avión en el que viajan sufre un atentado y se ven obligados a huir para salvar sus vidas y, en consecuencia, salvar también al mundo. La única que realmente sabe que hacer es Noel Bisett, una brillante agente del MI6 (Priyanka Chopra) que será la persona que los ayudará a detener la conspiración.
La escena inicial, que transcurre en España, ya demuestra el mundo de pereza y torpeza que vamos a tener que soportar. Nada, a partir de ahí, tendrá sentido. El humor de buddy movie es previsible pero sin simpatía y la acción se ve costosa pero barata al mismo tiempo. Cada resolución es peor que la anterior, porque como toda película de acción debe crecer y con eso no hace más que delatar sus limitaciones. John Cena ya está restando más de lo que suma en su carrera y el pobre Idris Elba vio cómo se esfumaron sus chances de ser un gran James Bond para terminar en estos productos. Dinero hay, cine no. Lo único simpático es que en medio de todo este desbarajuste hay una bajada de línea política, algo inusual para esta clase de títulos. Sin embargo, el colmo es que la película cierra con una escena que promete una posible secuela o spin-off. ¡Qué tupé! Primero hagan una película decente, luego se verá si siguen con los personajes.