El joven de González Catán, conocido por su paso por Gran Hermano, atravesó el pasado 12 de septiembre un grave accidente de moto que lo dejó al borde de la muerte. Según se informó, Thiago chocó contra un automóvil y fue trasladado de urgencia al Hospital Mariano y Luciano de la Vega, en Moreno. Allí permaneció internado en estado crítico, con pronóstico reservado durante semanas. Los médicos debieron inducirlo al coma y someterlo a múltiples cirugías, entre ellas la extirpación del bazo, para salvarle la vida.
Durante su internación, su familia pidió cadenas de oración y el caso generó una gran preocupación en sus seguidores. Sin embargo, con el paso del tiempo y tras recibir el alta médica el 9 de octubre, comenzaron a circular en redes sociales comentarios que ponían en duda la gravedad real del accidente. Algunos usuarios insinuaron que se trataba de una exageración o incluso de un montaje mediático.
Ante esas versiones, Thiago decidió responder de la manera más directa posible: mostró por primera vez las cicatrices que le dejó el siniestro. En las imágenes compartidas en su cuenta de Instagram se observan las marcas profundas en su abdomen y otras zonas del cuerpo, testimonio de las operaciones y del largo proceso de recuperación. “Esto me va a marcar para toda la vida”, escribió, dejando en claro que las secuelas físicas son permanentes.
En su descargo, el joven fue categórico: “No fue teatro”, expresó, apuntando contra quienes pusieron en duda su experiencia. Acompañó las fotos con mensajes de agradecimiento hacia quienes lo apoyaron en los momentos más críticos y destacó que, pese a todo, se siente afortunado de estar vivo. “Gracias a ellas sigo vivo”, dijo en referencia a las cicatrices, que para él son símbolo de resistencia y supervivencia.
Thiago Medina
