Los Pumas cerraron su último partido del año con una noticia que cayó como un baldazo de agua fría en el plantel: Juan Cruz Mallía, uno de los jugadores más regulares y determinantes del seleccionado argentino, sufrió una grave lesión en la rodilla derecha que lo marginará por un tiempo considerable de la actividad. El episodio ocurrió sobre el final del encuentro ante Inglaterra en el mítico estadio de Twickenham, en una jugada que rápidamente encendió la polémica tanto dentro como fuera de la cancha.
El back cordobés, habitual pieza clave en el esquema del seleccionado, recibió un tackle tardío cuando ya había liberado la pelota. La acción lo dejó tendido en el césped, agarrándose la rodilla con evidentes signos de dolor. El cuerpo médico ingresó de inmediato y, tras la primera evaluación en el campo de juego, se decidió su reemplazo, ante la preocupación visible de sus compañeros y del cuerpo técnico argentino.
Minutos después, la Unión Argentina de Rugby confirmó lo que muchos temían: Mallía sufrió una lesión postraumática del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. El diagnóstico implica un período de recuperación extenso, que en la mayoría de los casos demanda entre tres y cuatro meses de trabajo médico, kinesiológico y rehabilitación progresiva. Para Los Pumas, esto significa perder a un jugador que aporta calidad, experiencia y equilibrio en momentos decisivos.
La acción que provocó la lesión generó malestar inmediato en el banco argentino. Felipe Contepomi, entrenador del seleccionado, no ocultó su frustración al final del encuentro. En su análisis post partido remarcó que el tackle fue tardío y consideró imprudente la manera en que el jugador inglés llegó al contacto. También cuestionó que la terna arbitral no revisara la jugada con la asistencia del video, sobre todo tratándose de un impacto que terminó con un jugador lesionado de gravedad.
El clima se tensó aún más cuando Contepomi reveló un episodio que habría ocurrido ya fuera del campo de juego. Según relató, al finalizar el partido se cruzó con el jugador inglés involucrado en la jugada, y aseguró que fue empujado y recibió insultos en el túnel. El entrenador argentino calificó esa actitud como una falta de respeto y señaló que no corresponde a la conducta que se espera en el rugby internacional, donde la disciplina y el respeto suelen ser normas sagradas.
Desde el lado inglés, la respuesta no tardó en llegar. El head coach del conjunto europeo defendió a su jugador, destacando su conducta dentro y fuera de la cancha. Sostuvo que quienes lo conocen saben que es una persona íntegra, comprometida con el equipo y respetuosa. Para el cuerpo técnico inglés, la jugada no tuvo mala intención y se trató de un choque propio de la intensidad con la que se disputa el rugby de elite.
Mientras tanto, en la Argentina, la preocupación está puesta en la recuperación de Mallía. Si bien la UAR no brindó un parte detallado sobre los plazos estimados, el diagnóstico del ligamento cruzado anterior permite inferir un período de inactividad prolongado. Eso afecta tanto su continuidad en Los Pumas como su actuación en el rugby europeo, donde también es una figura relevante. El jugador, que venía atravesando un gran nivel en el seleccionado, deberá afrontar ahora un proceso de rehabilitación cuidadoso para volver al ciento por ciento.
La lesión también abre interrogantes en el cuerpo técnico argentino sobre cómo reorganizar el fondo de la cancha. Mallía no solo aporta solvencia defensiva, sino también velocidad, visión de juego y una gran capacidad para leer los espacios, atributos que lo convirtieron en una pieza fundamental en las últimas temporadas. Su ausencia obligará a Contepomi y su staff a evaluar variantes y trabajar en nuevas combinaciones para sostener el nivel competitivo que Los Pumas vienen mostrando.
En el norte argentino, donde el rugby tiene una comunidad fuerte y en crecimiento —particularmente en Salta, Tucumán y Santiago del Estero—, la noticia también generó repercusión. Mallía es uno de los jugadores más queridos por los fanáticos del interior, que siguen de cerca cada presentación del seleccionado nacional. Su entrega, su humildad y su constancia lo convirtieron en un referente para muchos jóvenes rugbiers que sueñan con llegar a vestir la celeste y blanca.
El año termina con un sabor amargo para Los Pumas, que habían cerrado una gira exigente por el Reino Unido. Más allá del resultado deportivo, la lesión de uno de sus jugadores más valiosos obliga a replantear la preparación para los compromisos del próximo año. Lo cierto es que Mallía enfrentará ahora una etapa de recuperación que exigirá paciencia, disciplina y acompañamiento profesional, mientras el seleccionado deberá adaptarse y encontrar alternativas en el corto plazo.
Con el paso de los días, la UAR seguramente brindará más precisiones sobre la evolución del jugador y los tiempos estimados para su retorno. Por ahora, solo queda esperar que la rehabilitación avance de manera favorable y que Mallía pueda volver a las canchas con la misma firmeza que lo caracteriza. Para Los Pumas, su regreso será una noticia esperada, no solo por su aporte técnico dentro del campo, sino también por el liderazgo silencioso que ejerce y que tanto valora el plantel.
La lesión deja un impacto significativo en el cierre del año rugbístico argentino, pero también abre una nueva oportunidad para que otros jugadores tomen protagonismo y continúen consolidando el crecimiento del equipo. Mientras tanto, Mallía inicia un largo camino de recuperación, con el apoyo de sus compañeros, del cuerpo médico y de toda la comunidad del rugby argentino, que sigue de cerca cada paso de este proceso.