Arranca la rueda con un gesto contundente: el Banco Central decidió recortar otra vez el rendimiento de las operaciones de corto plazo y llevó la tasa de simultáneas del 22% al 20% nominal anual. El movimiento aparece a días de una licitación en la que el Tesoro necesita captar pesos frente a vencimientos exigentes y confirma un giro tras el apretón monetario que dominó el período previo a las elecciones legislativas.
Un recorte que redefine el costo del dinero
La baja de simultáneas impactó de inmediato en otros segmentos sensibles. Las cauciones retrocedieron al 18% anual, muy lejos de los rendimientos de tres dígitos que habían marcado la previa electoral. En el equipo económico señalan que la tasa en pesos "es endógena", pero el ajuste del Central opera como referencia para el resto del mercado y ordena el tramo más corto de la curva.
En paralelo, la inflación proyectada para los próximos doce meses —20,8% según el REM— deja a la tasa real en terreno negativo. Para analistas, ese contrapunto explica parte del reacomodamiento en las decisiones de portafolio, mientras el mercado asimila la calma cambiaria y el flujo de deuda en dólares emitida por empresas y provincias.
La licitación del 26 y la presión de los vencimientos
La decisión del BCRA llega antes de una licitación clave, prevista para el miércoles 26. El Tesoro afronta vencimientos por $14.000 millones y mantiene depósitos en el Central por $4.400 millones, más USD 155 millones, además de un stock superior a $10.000 millones en bancos públicos.
En este esquema, sin una tasa de referencia clásica, la administración de liquidez gana protagonismo y obliga a Finanzas a calibrar cada colocación. Los operadores esperan que el recorte de tasas facilite una extensión de plazos, algo que no ocurrió en las últimas licitaciones, cuando el Tesoro liberó pesos al no cubrir por completo los vencimientos.
El derrumbe de tasas y sus efectos colaterales
Desde agosto, las tasas clave del sistema financiero iniciaron un descenso sostenido. El Central recortó pases y simultáneas, y ese movimiento se trasladó a plazos fijos, TAMAR, préstamos personales y fondos comunes. La baja también alivió el costo del crédito y abarató las operaciones de caución y repos.
Este proceso convive con una plaza aún condicionada por los encajes en niveles récord del 53,5%. Los bancos aguardan señales sobre la continuidad del esquema, mientras el mercado mira el volumen de vencimientos que se acumula en pesos: $14,5 billones en manos privadas, $4,3 billones en la letra especial para bancos y otros $3,6 billones en bonos dólar linked.
Un tablero en movimiento
La tasa de caución quebró el piso del 20% y expuso el efecto inmediato de la nueva referencia fijada por el Central. En ese marco, lo que ocurra en la licitación del miércoles definirá el pulso del mercado de pesos en el cierre del mes, tras un trimestre marcado por tensiones cambiarias, la asistencia financiera de EEUU y un ordenamiento monetario que busca descomprimir sin perder control.
El mercado ahora observa cómo ese recorte en la tasa corta, convertido en señal, reposiciona incentivos y reconfigura el mapa de financiamiento en moneda local.