La inflación mayorista volvió a mostrar señales de aceleración durante septiembre, con una suba del 3,7% en todo el país, según los datos publicados recientemente por el INDEC. En lo que va de 2025, los precios al por mayor ya acumulan un incremento del 20%, mientras que la variación interanual alcanzó el 24,2%. Este dato no solo refleja un nuevo avance de los precios en general, sino que también anticipa un efecto en cascada que impactará directamente sobre el costo de vida en provincias como Salta.
El repunte de septiembre fue impulsado por aumentos tanto en los productos nacionales, que subieron 3,3%, como en los importados, que registraron un salto del 9%. Este último dato se explica, en gran parte, por la inestabilidad del dólar oficial, que llegó a ubicarse por encima de los $1500 durante el mes pasado, generando presión inmediata sobre los insumos que llegan del exterior.
En el caso de Salta, esta tendencia ya se está haciendo notar en rubros vinculados al comercio mayorista, la construcción y la provisión de productos industriales y agrícolas. Los proveedores locales reportan nuevas listas de precios con frecuencia semanal, un síntoma de que el traslado de los costos mayoristas a los precios finales ya está en marcha.
Los números detrás de la suba
El Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM), que incluye los impuestos y es el que tiene mayor alcance, fue el que marcó el incremento general del 3,7%. Pero no es el único que reflejó tensiones inflacionarias. El Índice de Precios Internos Básicos al por mayor (IPIB), que excluye los impuestos, tuvo una suba aún mayor: 4,1% en septiembre, mientras que el Índice de Precios Básicos del Productor (IPP), centrado exclusivamente en la producción nacional sin tributos, aumentó 4%.
Estos datos permiten observar cómo los precios se ajustan no solo por cuestiones impositivas, sino también por la estructura de costos de las propias industrias y el encarecimiento de la materia prima. Entre los productos nacionales, la categoría más afectada fue la de productos primarios, con un incremento del 4%. Le siguieron los productos manufacturados nacionales con un 3,2%, mientras que el costo de la energía eléctrica tuvo un ajuste mínimo del 0,4%.
Esto último cobra especial relevancia en Salta, donde las economías regionales dependen fuertemente de insumos primarios y del transporte, dos variables que se ven directamente afectadas por los aumentos mayoristas. La logística, que muchas veces depende de componentes importados o del valor del combustible, ya está sintiendo el impacto, encareciendo la distribución dentro del territorio provincial.
Inflación mayorista: cuatro meses en alza
Con el dato de septiembre, ya son cuatro los meses consecutivos de aceleración en la inflación mayorista. La última vez que se había registrado un incremento tan alto fue en marzo de 2024, cuando el IPIM alcanzó el 5,4%.
Este patrón ascendente en los precios al por mayor anticipa un escenario complejo para el último trimestre del año, ya que estos valores tienden a trasladarse a los precios minoristas con un desfase de algunas semanas. En otras palabras, lo que hoy aumenta en el mayorista, en breve se sentirá en las góndolas de los supermercados, en los corralones de materiales, en los comercios barriales y en las tarifas de servicios, especialmente en provincias como Salta donde la estructura económica es más vulnerable a los cambios bruscos del mercado.
Qué pasa con los precios al consumidor
El INDEC también difundió la inflación minorista de septiembre, que se ubicó en 2,1%, un dato que, si bien es menor al del mayorista, también mostró una aceleración respecto a agosto. La inflación interanual fue del 31,8%, mientras que en lo que va del año los precios al consumidor aumentaron un 22%.
En este contexto, se destaca que la categoría Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles fue una de las que más subió (3,1%), seguida por Educación (también con 3,1%). Estos sectores son sensibles en Salta, sobre todo para las familias de ingresos medios y bajos, que destinan una gran parte de su presupuesto a servicios esenciales y gastos escolares.
La construcción también sintió el impacto
Otro dato que no pasa desapercibido es el incremento del Índice del Costo de la Construcción (ICC) en el Gran Buenos Aires, que en septiembre fue del 3,2%. Aunque estos datos no se desagregan oficialmente para Salta, las tendencias suelen replicarse con variaciones mínimas.
En este caso, la suba responde principalmente a aumentos en Mano de obra (3,7%), Gastos generales (3%) y Materiales (2,9%). Este panorama preocupa a los pequeños y medianos constructores salteños, que ya enfrentan demoras en la entrega de materiales y una creciente incertidumbre sobre los presupuestos. Cada aumento mensual desarma los cálculos previos y obliga a renegociar precios con clientes y proveedores, afectando tanto a la obra pública como a la privada.
Qué se espera para lo que queda del año
En medio de un escenario económico inestable y con el tipo de cambio oficial aún sujeto a presiones, los analistas ya anticipan que los próximos meses mantendrán la misma dinámica. Si el dólar sigue moviéndose, especialmente en una economía con alta dependencia de insumos importados, los precios mayoristas difícilmente se estabilicen.
En Salta, esta incertidumbre se traduce en decisiones más cautelosas por parte de los comerciantes, industriales y consumidores. Muchos proveedores locales ya manejan listas de precios con validez limitada y adoptan esquemas de venta con anticipos o pagos inmediatos para cubrirse de eventuales subas. A su vez, las pymes y negocios familiares ajustan márgenes de ganancia o recortan compras para no quedar desfasados.
Con una inflación mayorista en alza y la minorista que comienza a reflejar el impacto, todo indica que el último tramo de 2025 será un período de fuerte presión sobre los costos, los precios y el poder adquisitivo en la provincia. La clave estará en cómo se ajustan los sectores productivos y comerciales para no perder competitividad sin trasladar todo el peso al consumidor final.
En definitiva, los números del INDEC confirman lo que ya se siente en la calle: la economía no da respiro, y los aumentos se siguen acumulando. Mientras tanto, en Salta, los bolsillos se ajustan, los precios se recalculan y la incertidumbre económica continúa marcando el ritmo del día a día.