El Papa Francisco, de 88 años, continúa internado en el hospital Gemelli de Roma y muestra signos positivos de recuperación tras pasar su octava noche bajo observación médica.
A pesar de su delicado estado de salud, los médicos han asegurado que no corre peligro inminente. De acuerdo a lo informado, desde la suite papal, el Pontífice sigue activo y lúcido, firmando documentos y manteniendo sus actividades habituales.
En medio de especulaciones sobre su futuro, Francisco reafirmó su compromiso con el papado. Mientras tanto, el Vaticano trabaja para combatir la difusión de noticias falsas sobre su estado de salud.
Qué más se sabe sobre la salud del Papa
Francisco permanece internado por una neumonía bilateral y su médico, Sergio Alfieri, dijo que el pontífice todavía “no está fuera de peligro”. Lo hizo en una conferencia de prensa desde el hospital Gemelli junto al médico de la Dirección de la Sanidad del Vaticano, Luigi Carbone.
Alfieri explicó la situación de Francisco: “¿Está fuera de peligro? No. Pero si la pregunta es: ‘¿Está en peligro de muerte?’, la respuesta es: ‘No’”. Además, advirtió que el papa enfrenta una infección polimicrobiológica sumada a una neumonía bilateral, y el hecho de que camine poco y su edad, 87 años, construyen un cuadro delicado.
Por otra parte, los especialistas consideran que está “mucho mejor de cómo llegó”, pero eso no quiere decir que ya “esté fuera de peligro”. Además, recalcaron que Francisco “sabe que su situación es grave”.
A su vez adelantaron que el papa seguirá en el hospital al menos toda la semana que viene hasta que esté curado de la neumonía bilateral y pueda continuar el tratamiento en su residencia en Santa Marta. Pero para su recuperación, “se necesitará tiempo”.
Explicaron que Francisco sufre una bronquiectasia y una bronquitis asmática crónica, y por tanto es un “paciente frágil” en este aspecto, pero que “no tiene otras patologías” y cuenta con “un corazón fuerte”. “Está respondiendo bien al tratamiento”, destacaron.
Los médicos contaron que este viernes Francisco fue a rezar a la capilla del hospital y que mantiene su buen humor. “No es una persona que se rinda”, señaló Luigi Carbone, médico de la Dirección de la Sanidad del Vaticano y responsable de la salud del pontífice.
Desde el Vaticano destacaron que: "El Papa no está apegado a las máquinas, necesita un poco de oxígeno cuando lo necesita, cuando ocurren esos ataques de asma que tiene de vez en cuando, que el buen Luigi Carbone y Strappetti (la enfermera que lo sigue en S. Marta) lo tratan a diario".