El ataque, reportado cerca de las 10:10 a. m., fue atribuido a un disparo de tanque que impactó cerca de la cruz del edificio, enviando metralla y escombros al patio donde había refugiados, entre ellos niños, ancianos y personas con discapacidad.
El gobierno argentino expresó “seria preocupación” ante el hecho e instó a Israel a brindar asistencia al sacerdote y la comunidad afectada, al tiempo que reafirmó la necesidad de respetar los lugares de culto y proteger a civiles según el derecho internacional humanitario .
Refugio sacudido por la guerra
La parroquia Sagrada Familia se había convertido en refugio indispensable para cerca de 500 personas, tanto cristianos como musulmanes, desplazados por el conflicto. Allí vivían en tiendas y aulas improvisadas, con ayuda de Cáritas y religiosas locales .
Cuando llegó el ataque, el padre Romanelli pedía que todos permanecieran dentro de sus habitaciones: según testimonios, de no haber sido por esa orden, la tragedia hubiera sido mucho peor, con decenas de fallecidos .
Romanelli, de unos 55 años, oriundo de Villa Luro (Buenos Aires), integra el Instituto del Verbo Encarnado (IVE) y es el único sacerdote argentino viviendo en Gaza desde hace años. Desde 2019 conduce la parroquia y mantenía contacto diario con el papa Francisco, quien lo llamaba todas las noches durante más de un año para interesarse por la comunidad .