En un contexto de máxima tensión en el Caribe, Nicolás Maduro volvió a quedar en el centro de la escena internacional tras enviarle un insólito mensaje a Donald Trump. El presidente venezolano, visiblemente preocupado por la presencia de la armada estadounidense frente a las costas de su país, intentó dirigirse al exmandatario norteamericano en inglés y terminó dejando una frase que generó más burlas que repercusión política: “Not crazy war, yes peace”.
El intento de Maduro por mostrarse conciliador se produjo mientras buques de guerra de Estados Unidos realizan operativos contra el narcotráfico en aguas caribeñas. Según trascendió, las fuerzas estadounidenses hundieron varias embarcaciones sospechosas de transportar droga, lo que dejó al menos 32 muertos. Washington evitó precisar el tipo de cargamento y reiteró sus acusaciones contra el régimen venezolano por supuestos vínculos con el tráfico de drogas.
Desde Caracas, el gobierno bolivariano niega cualquier relación con el narcotráfico y denuncia una campaña internacional en su contra. Aun así, la tensión crece ante la posibilidad de una incursión terrestre estadounidense, algo que los analistas ven cada vez más factible.
Lejos de aplacar la crisis, el mensaje de Maduro sumó un componente de comedia a una situación crítica. Con un inglés improvisado, el mandatario quiso mostrarse como defensor de la paz, pero terminó admitiendo, entre risas, que su pronunciación era “tarzánica”. Luego trató de enmendar el error con una frase en español: “No a la guerra de los locos, no a la locura de la guerra”.
Días antes, Maduro había advertido a su pueblo sobre una posible invasión y pidió “prepararse para resistir”. En cadena nacional, aseguró que si se concretara un desembarco extranjero, habría una “huelga general insurreccional” para defender la soberanía. Sus palabras apuntan a reforzar el espíritu de resistencia entre los sectores obreros y campesinos, base histórica del chavismo.
Mientras tanto, la presencia militar de Estados Unidos mantiene en alerta a toda la región. El conflicto no solo preocupa a Venezuela, sino también a los países del norte de Sudamérica, atentos a cualquier movimiento que pueda desatar una crisis mayor. En el norte argentino, donde viven numerosos migrantes venezolanos, la noticia no pasó desapercibida. Muchos siguen con atención el avance de los acontecimientos por el impacto económico y humanitario que podría tener una escalada bélica.
El peculiar mensaje del líder chavista es, en definitiva, una muestra de la frágil situación en que se encuentra su gobierno: acorralado por sanciones, con una economía en caída libre y con crecientes tensiones internas. En ese marco, el “not crazy war, yes peace” quedó como una frase tan desopilante como simbólica.
Entre buques en el Caribe, amenazas cruzadas y discursos improvisados, la paz parece tan lejana como la coherencia de las palabras de Maduro.