La jornada del viernes volvió a teñirse de tragedia en la provincia de Salta, con nuevos accidentes de tránsito que elevan la alarma en la sociedad. Esta vez, el foco se centró en la ciudad de Orán, donde dos mujeres resultaron gravemente heridas tras protagonizar un violento choque entre una motocicleta y un automóvil en una de las esquinas más transitadas del casco urbano.
El siniestro ocurrió en la intersección de calles Mitre y Lavalle, una zona de alto flujo vehicular y peatonal. Según los primeros informes, las mujeres circulaban en una moto cuando fueron impactadas por un auto, lo que provocó que salieran despedidas hacia el pavimento. Personal del SAMEC llegó rápidamente al lugar y trasladó a las víctimas en estado delicado hacia el hospital San Vicente de Paúl.
Vecinos y transeúntes que presenciaron la escena manifestaron su preocupación por la frecuencia con la que se repiten este tipo de accidentes en la zona. “Es una esquina peligrosa, los autos pasan fuerte y nadie respeta las señales”, comentó una comerciante del lugar.
Este hecho se suma a una seguidilla de siniestros que tuvieron lugar en distintos puntos de la provincia durante las últimas horas, lo que vuelve a poner el foco en la crítica situación del tránsito salteño. En Paraje La Osma, sobre la Ruta Nacional 68, un joven de 25 años identificado como Axel Giménez perdió la vida tras un choque, convirtiéndose en la víctima fatal número 84 del año en territorio provincial.
Horas más tarde, otro trágico episodio se produjo en la localidad de Cafayate, donde un ciclista fue embestido por un automóvil en la entrada al barrio Pueblo Nuevo. La víctima, cuya identidad aún no fue confirmada oficialmente, falleció en el acto, elevando a 85 la cifra de muertos por siniestros viales en lo que va del 2025.
La escalada de accidentes en rutas nacionales y calles de las principales ciudades del norte salteño genera una creciente preocupación en la comunidad. Los números, que crecen semana a semana, reflejan una problemática que lejos de resolverse, se agrava con el paso del tiempo.
Desde principios de año, las rutas que atraviesan la provincia han sido escenario de numerosos episodios fatales, muchos de ellos con jóvenes como principales víctimas. La combinación de imprudencia al volante, exceso de velocidad, consumo de alcohol y falta de controles efectivos continúa siendo una de las principales causas.
En ciudades como Orán, Tartagal, Metán y Rosario de la Frontera, los motociclistas figuran entre los más afectados por la siniestralidad. La falta de uso de casco, la circulación en vehículos sin patente o sin luces reglamentarias, y el desconocimiento de las normas de tránsito siguen siendo problemas recurrentes.
Además, los habitantes del interior denuncian que muchas rutas provinciales y caminos vecinales se encuentran en mal estado, sin señalización adecuada, lo que contribuye a que los accidentes se multipliquen, especialmente en horarios nocturnos o bajo condiciones climáticas adversas.
Por otra parte, en la ciudad de Salta, los siniestros no dan tregua. El tránsito en zonas como avenida Bolivia, la rotonda de Limache y la circunvalación oeste sigue siendo un desafío diario para conductores y peatones. A pesar de la implementación de cámaras y radares, la cantidad de incidentes se mantiene elevada.
En ese contexto, desde distintos sectores de la sociedad se reitera el pedido de políticas públicas más contundentes y sostenidas. La educación vial en escuelas, el fortalecimiento de los controles policiales en rutas y ciudades, y una mayor inversión en infraestructura son reclamos frecuentes por parte de organizaciones vecinales, familiares de víctimas y especialistas en seguridad vial.
Mientras tanto, en Orán, la comunidad espera el parte médico de las dos mujeres heridas, cuya recuperación dependerá de la gravedad de las lesiones sufridas. El caso ya está siendo investigado por las autoridades locales, que deberán determinar las responsabilidades y circunstancias del hecho.
Con 85 víctimas fatales en menos de nueve meses, Salta atraviesa un 2025 marcado por la tragedia en sus rutas y calles. Cada nuevo accidente pone en evidencia una deuda estructural que todavía no encuentra respuesta concreta: la necesidad urgente de frenar la violencia vial que se cobra vidas todos los días.