Una práctica de laboratorio durante una feria de ciencias terminó en tragedia en una escuela secundaria de Palermo, en la Ciudad de Buenos Aires. Cuatro estudiantes y una madre resultaron heridos luego de que explotara un experimento con alcohol etílico, generando una fuerte preocupación en todo el país, incluida la provincia de Salta, donde actividades similares se repiten cada año en eventos escolares.
El hecho ocurrió dentro de un aula mientras los alumnos realizaban el popular “experimento del volcán”, una recreación química que, en este caso, incluía alcohol etílico y una llama encendida. La combinación fue fatal: los vapores inflamables hicieron combustión y provocaron una explosión que quedó registrada en video y se viralizó en redes sociales.
Un adolescente de 16 años sufrió quemaduras graves en la cara y el pecho, y fue trasladado al Hospital Gutiérrez. Actualmente permanece en terapia intensiva, intubado y con pronóstico reservado. Otros dos menores, de 13 y 14 años, fueron derivados al Hospital del Quemado con lesiones en el 20% del cuerpo. Un cuarto joven fue atendido en una clínica privada. Además, una madre presente en el aula resultó con quemaduras en las manos.
Los relatos de testigos fueron conmocionantes. Algunos alumnos aseguraron que no había extintores a la vista ni medidas claras de seguridad. “El fuego lo manipulaban los chicos, y nadie controlaba la situación”, dijo uno de los estudiantes. Docentes intentaron asistir a los heridos, pero la respuesta fue caótica.
La Policía determinó que la causa de la explosión fue la inflamación de los vapores de alcohol al contacto con una llama libre, proveniente de un mortero de química. El caso dejó en evidencia las fallas en los protocolos de seguridad escolar y encendió las alarmas en instituciones educativas de todo el país.
En Salta, muchas escuelas también realizan este tipo de prácticas durante ferias de ciencias o clases de laboratorio. Aunque existen protocolos establecidos, docentes y directivos reconocen la falta de insumos básicos, capacitación adecuada y condiciones seguras para llevar adelante actividades experimentales.
El accidente reabre el debate sobre cómo se enseñan las ciencias en las escuelas, en qué condiciones se realizan las prácticas y qué preparación tienen los docentes para actuar frente a situaciones de emergencia. En varios establecimientos salteños ya comenzaron a revisar protocolos, suspender demostraciones con materiales inflamables y reforzar capacitaciones internas.
Organismos provinciales como la Defensoría del Pueblo reclamaron medidas concretas y urgentes. Padres y madres, por su parte, exigen mayor control, información y seguridad para sus hijos dentro del ámbito escolar.
La explosión no fue un hecho aislado, sino un llamado de atención. Enseñar ciencia no debería ser un riesgo. Las aulas deben ser espacios seguros donde el aprendizaje no ponga en peligro la vida de los estudiantes.