La confirmación de que Juan Schiaretti será sometido a una intervención cardíaca este viernes generó un inmediato movimiento dentro del escenario político nacional, justo a días de la asunción de los nuevos diputados. El exgobernador de Córdoba, electo legislador en los comicios de octubre, ingresará a la Fundación Favaloro para un procedimiento programado que apunta a reemplazar su válvula aórtica mediante cateterismo, una técnica moderna que reduce tiempos de recuperación y evita la cirugía tradicional a corazón abierto.
El propio Schiaretti comunicó que la recomendación médica llegó tras una serie de estudios recientes y que la elección de la Fundación Favaloro responde a su experiencia en cardiología de alta complejidad. La intervención, conocida como TAVI, es considerada de vanguardia dentro de la medicina cardiovascular y en los últimos años ganó protagonismo por su seguridad y su carácter mínimamente invasivo. A diferencia de las operaciones convencionales, este procedimiento se realiza a través de un catéter, generalmente por la ingle, lo que permite que el paciente vuelva a su actividad habitual en menos tiempo.
La noticia tomó relevancia nacional no solo por el estado de salud del referente cordobés, sino también por el contexto político en el que ocurre. Schiaretti tiene previsto incorporarse a la Cámara de Diputados en los primeros días de diciembre, por lo que su evolución médica es observada con atención desde distintos espacios. En un Congreso que se anticipa ajustado en números y con múltiples bloques disputando protagonismo, su presencia será clave para el armado del nuevo mapa legislativo.
El procedimiento TAVI se consolidó como una alternativa ideal para quienes presentan estenosis aórtica severa, un estrechamiento de la válvula que puede afectar el flujo sanguíneo y provocar síntomas como fatiga o dificultad para respirar. La técnica permite que la válvula dañada sea reemplazada por una biológica sin la necesidad de abrir el tórax ni recurrir a circulación extracorpórea, lo que representaba uno de los mayores desafíos de la cirugía tradicional. Este avance modificó el enfoque clínico y mejoró notablemente el pronóstico de pacientes de edad avanzada.
Schiaretti, que terminó su mandato provincial en 2023 y luego se enfocó en reorganizar su espacio político, encara ahora una etapa de transición hacia el Congreso. Su banca dentro del armado Provincias Unidas es vista como un componente relevante para la construcción de acuerdos dentro de la Cámara Baja. Por eso, en su entorno destacan que la decisión de operarse ahora apunta a despejar cualquier complicación futura y garantizar que pueda cumplir con sus responsabilidades desde el inicio del período legislativo.
El dirigente permanecerá internado bajo observación tras la intervención, siguiendo un protocolo habitual en este tipo de cirugías. Si la evolución es favorable, recibiría el alta en pocos días, con controles posteriores y una reincorporación progresiva a su agenda pública. Sus allegados mantienen un tono de tranquilidad y aseguran que, salvo imprevistos, llegará a tiempo para la ceremonia de jura.
Mientras tanto, el mundo político aguarda novedades sobre su recuperación, consciente de que cada movimiento previo a la conformación del nuevo Congreso puede influir en los equilibrios internos y en las negociaciones que se avecinan. El paréntesis que abre esta intervención médica no altera el rol que se espera que Schiaretti desempeñe en la próxima etapa, pero sí pone el foco en su estado de salud en un momento clave.
En los días siguientes a la cirugía, la atención estará puesta en su evolución inmediata y en la confirmación de su presencia en la jura. De avanzar sin complicaciones, el exgobernador cordobés se sumará al recinto con normalidad, listo para participar del intenso período legislativo que se prepara a nivel nacional. Su equipo confía en que así será, apoyado en la eficacia del procedimiento TAVI y en la planificación médica que permitió programar esta intervención con antelación.