El proyecto Oleoducto Vaca Muerta Oil Sur (VMOS) alcanzó un hito histórico al completar la última soldadura automática de su tramo principal, que conecta la cuenca petrolera de Vaca Muerta con la Terminal Portuaria de Punta Colorada, en Río Negro. La obra permitirá despachar petróleo directo al océano Atlántico a partir de diciembre de 2026, consolidando a la región como un eje estratégico del comercio energético internacional.
El VMOS recorre 437 kilómetros desde Allen, en el Alto Valle de Río Negro, hasta la costa cercana a Sierra Grande, utilizando caños de 30 pulgadas de diámetro. Su construcción movilizó a más de 1.500 trabajadores y más de 200 equipos pesados, incluyendo 76 cruces especiales sobre rutas y arroyos. La etapa final contempla un cruce subterráneo del Río Negro mediante tecnología de punta, previsto para diciembre de 2025.
La obra fue ejecutada por la UTE Techint Sacde, con un financiamiento total cercano a USD 3.000 millones, incluyendo un préstamo sindicado de USD 2.000 millones otorgado por bancos internacionales bajo la modalidad project finance. El proyecto también se benefició del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI).
El ritmo de trabajo alcanzó récords en octubre, con 175 uniones soldadas en un solo día, gracias a la soldadura automática a cargo de un equipo de 23 especialistas turcos junto a más de cien argentinos. Esta tecnología permitió optimizar la seguridad, la calidad y la productividad del proyecto, consolidando la experiencia local con estándares internacionales.
El oleoducto está diseñado para despachar 180.000 barriles diarios en su primera fase, con capacidad de escalar hasta 550.000 barriles por día. Se estima que la salida directa de petróleo desde Río Negro generará unos 15.000 millones de dólares adicionales en exportaciones para la Argentina en los próximos años, reforzando el papel de Vaca Muerta como polo energético global.
El consorcio VMOS reúne a compañías como YPF, Vista, Shell, Pan American Energy, Pampa Energía, Pluspetrol, Chevron, Tecpetrol y Gas y Petróleo de Neuquén (GyP). Cada etapa de la obra combinó trabajo topográfico, zanjeo, alineación de tubos y soldadura interna y externa, garantizando eficiencia y seguridad en todo el proceso.
Con la finalización de este tramo, la Argentina da un paso decisivo para consolidar su infraestructura energética y potenciar sus exportaciones de petróleo, colocando a la región patagónica en el centro de la estrategia energética nacional.