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SE ACABÓ LA JODA

Desarticularon una fiesta clandestina en Orán

El responsable, un hombre de 32 años, fue sancionado según la Ley Contravencional vigente.

Desarticularon una fiesta clandestina en Orán

En la madrugada del sábado, personal policial del Distrito de Prevención 2 de San Ramón de la Nueva Orán clausuró una fiesta clandestina que se llevaba a cabo en un salón de eventos ubicado sobre calle Dorrego, en el barrio Docente. El evento, que no contaba con ninguna autorización municipal ni provincial, fue detectado durante un patrullaje de rutina y terminó con la intervención inmediata de las fuerzas de seguridad, que procedieron a infraccionar al organizador, un hombre de 32 años.

Según se pudo saber, la actividad bailable ya se encontraba en pleno desarrollo al momento del operativo. Al solicitarle la documentación correspondiente para este tipo de eventos, el organizador no pudo acreditar ningún tipo de habilitación legal, motivo por el cual se labró el acta correspondiente por infracción al artículo 124 de la Ley Contravencional de la provincia de Salta, que regula la realización de espectáculos públicos sin autorización.

La intervención se produjo en el marco de un operativo preventivo habitual que realiza la policía en distintos sectores de la ciudad, especialmente los fines de semana, cuando suelen proliferar este tipo de fiestas no autorizadas. En este caso, los efectivos de la Comisaría 2° del barrio Docente detectaron movimientos sospechosos y decidieron intervenir para verificar la situación.

Una vez en el lugar, constataron que se estaba llevando a cabo un evento bailable con un importante número de asistentes, música a alto volumen y consumo de bebidas alcohólicas. Todo ello sin contar con las medidas de seguridad exigidas para este tipo de actividades, como salidas de emergencia habilitadas, cobertura médica, presencia de personal de seguridad privada y, por supuesto, la habilitación formal del municipio.

Tras la inspección, los efectivos procedieron a desalojar el lugar de forma ordenada, garantizando la integridad de los asistentes y evitando incidentes. La clausura del salón fue inmediata, y el responsable quedó a disposición de la Fiscalía Penal N°3 de Orán, que tomó intervención para determinar las sanciones correspondientes.

La realización de fiestas clandestinas en Salta no solo representa una falta legal, sino que también pone en riesgo la seguridad de quienes asisten. La falta de control sobre el consumo de alcohol, la sobrepoblación en espacios reducidos y la ausencia de servicios de emergencia son factores que pueden desencadenar situaciones de gravedad.

Desde las fuerzas de seguridad recordaron que los eventos públicos deben contar con la autorización de los organismos competentes, y que los organizadores tienen la obligación de garantizar condiciones mínimas de seguridad y salubridad. Asimismo, remarcaron que la comunidad puede colaborar denunciando este tipo de encuentros ilegales de manera anónima, para prevenir riesgos innecesarios.

Este nuevo episodio en Orán se suma a una serie de intervenciones similares que se vienen registrando en distintos puntos de la provincia. En los últimos meses, se ha intensificado el control sobre actividades nocturnas ilegales, especialmente en zonas urbanas donde se identifican patrones repetidos de organización informal de fiestas, muchas veces promocionadas a través de redes sociales o de boca en boca.

La problemática de las fiestas clandestinas no es nueva, pero ha tomado un nuevo impulso tras la pandemia, cuando muchas restricciones impulsaron a los organizadores a buscar espacios alternativos y evitar el circuito legal. Aunque hoy ya no rigen las mismas restricciones sanitarias, la informalidad continúa siendo un problema, sobre todo en ciudades del interior salteño, donde la fiscalización es más compleja.

En el caso de Orán, las autoridades locales vienen reforzando los operativos de control con patrullajes preventivos y monitoreo de zonas sensibles, sobre todo en las cercanías del centro, barrios residenciales y zonas semiurbanas donde se suelen alquilar salones para estos fines. Además, se está trabajando en coordinación con la Municipalidad para agilizar los procesos de habilitación y facilitar el acceso a información para los potenciales organizadores de eventos legales.

Cabe destacar que la Ley Contravencional establece sanciones económicas importantes para quienes organicen fiestas clandestinas, además de clausuras temporales o definitivas de los espacios utilizados y posibles antecedentes que complican futuras habilitaciones. En muchos casos, estas multas pueden ascender a cifras significativas, generando un impacto económico directo sobre los infractores.

Desde la Fiscalía, se indicó que se continuará con la investigación correspondiente para determinar si existen otros responsables involucrados en la organización del evento, así como si el lugar había sido utilizado anteriormente con los mismos fines. No se descarta que puedan aplicarse sanciones adicionales si se comprueba reincidencia.

Mientras tanto, desde la comunidad oranense algunos vecinos manifestaron su preocupación por la frecuencia con la que se desarrollan estas fiestas fuera de control, muchas veces en lugares improvisados o sin ningún tipo de supervisión. Aseguran que, además del riesgo para los jóvenes que asisten, también generan ruidos molestos, inseguridad y alteraciones en la vida cotidiana de los barrios.

El caso de esta madrugada en Orán vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de una política sostenida de control y prevención, que combine la intervención de las fuerzas de seguridad con la concientización ciudadana. Evitar que se repitan este tipo de hechos es una tarea conjunta que requiere tanto del Estado como del compromiso social.


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