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CAMBIOS EN EL GABINETE

Javier Milei designó a Alejandra Monteoliva como nueva ministra de Seguridad

El Gobierno confirmó que Alejandra Monteoliva reemplazará a Patricia Bullrich, mientras que el jefe del Ejército, Carlos Alberto Presti, será el nuevo ministro de Defensa.

Javier Milei designó a Alejandra Monteoliva como nueva ministra de Seguridad

El Gobierno nacional oficializó este sábado dos movimientos trascendentes dentro del gabinete que marcarán el rumbo de las políticas de Seguridad y Defensa a partir del 10 de diciembre. Ese día, los actuales ministros Patricia Bullrich y Luis Petri dejarán sus cargos para asumir las bancas legislativas que obtuvieron en las elecciones, y serán reemplazados por figuras de perfil técnico y cercanas al Presidente Javier Milei: Alejandra Monteoliva en Seguridad y el teniente general Carlos Alberto Presti en Defensa.

El anuncio llegó a través de un comunicado difundido en redes sociales por la Oficina del Presidente y replicado por los propios Bullrich y Petri, lo que refleja la intención del Gobierno de mostrar una transición ordenada y sin sobresaltos. “Ambas designaciones implican una continuidad del rumbo”, señaló el texto, dejando claro que Milei no modificará la línea política que caracterizó al área desde el inicio de su gestión: mano dura, combate al delito y fortalecimiento de las Fuerzas Armadas.

Monteoliva, actual secretaria de Seguridad Nacional, será la encargada de conducir el Ministerio que hasta ahora mantuvo Bullrich. La funcionaria es reconocida por su experiencia técnica y por haber integrado equipos de seguridad en distintos niveles del Estado. Durante el último año, acompañó de cerca la estrategia nacional contra el crimen organizado, especialmente en temas vinculados al narcotráfico y a la coordinación entre fuerzas federales.

La propia Bullrich, que asumirá como senadora, fue la encargada de destacar el trabajo de su sucesora, marcando un tono de respaldo absoluto. Desde su cuenta en X, celebró la designación y subrayó su profesionalismo y capacidad de gestión. Para el oficialismo, Monteoliva representa “una pieza fundamental” dentro de la llamada “Doctrina Bullrich”, la línea de acción que fijó ejes claros: lucha frontal contra el narcoterrorismo, control de los territorios más conflictivos y políticas de orden público con un enfoque de firmeza.

En paralelo, el Ministerio de Defensa tendrá un hecho histórico: por primera vez desde el retorno de la democracia en 1983, un militar en ejercicio ocupará la conducción política del área. Se trata del teniente general Carlos Alberto Presti, actual Jefe del Estado Mayor del Ejército, quien ahora pasará a liderar la cartera que supervisa al aparato militar del país. Su designación marca un giro simbólico y coloca a un uniformado al mando en un momento donde el Gobierno apuesta a revalorizar el rol de las Fuerzas Armadas dentro del esquema de seguridad nacional.

La decisión sorprendió a algunos sectores, pero desde la Casa Rosada aseguraron que responde a la necesidad de profundizar la modernización y profesionalización de las fuerzas, uno de los objetivos que Milei planteó desde su llegada a la presidencia. En ese sentido, el oficialismo remarcó que la conducción de Presti no implica un retroceso institucional, sino un reconocimiento a su trayectoria y a su conocimiento técnico de la estructura militar argentina.

Bullrich y Petri, por su parte, cerrarán su etapa en el gabinete con un mensaje político: ambos desembarcarán en el Congreso para impulsar desde allí la agenda de seguridad que el Gobierno considera central. La ministra saliente insistió en que el país debe seguir el mismo camino y reforzar la doctrina que, según su criterio, devolvió orden y previsibilidad. En su despedida pública, Bullrich puso énfasis en la continuidad del proyecto: “Mientras estemos nosotros, la Argentina va a seguir transitando el camino de la seguridad y el orden”.

Monteoliva también utilizó sus redes sociales para agradecer la confianza del Gobierno y de su antecesora. Ratificó que seguirá la línea de trabajo establecida y destacó que la “doctrina Bullrich” fijó estándares que no piensa abandonar. Para el oficialismo, su rol será clave en un contexto nacional atravesado por desafíos crecientes en materia de seguridad, desde el avance del narcotráfico hasta los episodios de violencia urbana en distintos puntos del país.

Los cambios, que se harán efectivos el 10 de diciembre, llegan en un escenario político dinámico, con la gestión de Milei dispuesta a encarar una segunda etapa de reformas y ajustes institucionales. La continuidad en Seguridad y el giro simbólico en Defensa marcan la intención del Gobierno de consolidar la estrategia que considera central para su proyecto político: disciplina, orden, fortalecimiento del Estado en materia de control territorial y un enfoque duro contra el crimen organizado.

Para Salta y el norte del país, donde la seguridad y las fronteras son temas sensibles, la designación de Monteoliva y Presti será observada con atención. La región se mantiene como una de las zonas estratégicas en el combate al narcotráfico y en la vigilancia fronteriza, especialmente en áreas como Salvador Mazza, Aguas Blancas y el corredor que conecta con Bolivia. El nuevo equipo de Seguridad tendrá el desafío de sostener y reforzar la presencia federal, algo que los gobiernos provinciales vienen reclamando desde hace años.

Con estos cambios, el Ejecutivo busca mostrar cohesión interna y claridad de rumbo. La sucesión ordenada y la continuidad de funcionarios del riñón técnico del Gobierno evidencian que Milei apunta a consolidar su equipo sin rupturas, reforzando áreas que considera prioritarias y enviando un mensaje de estabilidad institucional. A partir del 10 de diciembre, Monteoliva y Presti tendrán la responsabilidad de profundizar esa línea en un país donde las demandas de seguridad siguen siendo una de las principales preocupaciones sociales.


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