La entrega de diplomas a autoridades electas en Salta, que suele ser un acto protocolar y sin sobresaltos, esta vez fue escenario de un escándalo político que puso a La Libertad Avanza bajo la lupa. La ausencia de Pablo López, denunciado por sextorsión por su ex pareja y también dirigente del espacio, Estela Méndez, sumó tensión al evento.
El caso salió a la luz pública días atrás, cuando Méndez, referente del mismo espacio libertario, denunció al exconcejal capitalino Pablo López por violencia y extorsión sexual. La denuncia fue contundente y generó un inmediato repudio social, además de la reacción política: López fue apartado del espacio.
Aunque su nombre figuraba entre los concejales reelectos, López no se presentó al acto de entrega de diplomas en el Centro de Convenciones de Limache, dejando vacante su silla y sembrando dudas sobre el futuro de su banca.
El líder de La Libertad Avanza en Salta, Alfredo Olmedo, intentó marcar distancia del escándalo. Durante el acto, fue consultado por la situación y fue tajante: “Pablo López ya no está en La Libertad Avanza. Nosotros no defendemos personas, defendemos ideas. Lo judicial se resuelve en la Justicia”.
Sin embargo, su postura frente a Estela Méndez fue más ambigua. Si bien reconoció haberla saludado y hasta fotografiado con ella, evitó hablar de un respaldo partidario: “La contención emocional es un tema familiar, no partidario. El partido institucionalmente está presente”.
Ante la pregunta directa sobre si Méndez contaba con el apoyo del espacio tras su denuncia, Olmedo fue categórico en su desapego: “Esto es un tema de pareja, el partido no se mete. El partido tiene una línea ideológica, no afectiva”.
Esta respuesta, lejos de calmar las aguas, generó desconcierto y malestar entre los asistentes. Muchos interpretaron la declaración como una forma de mirar hacia otro lado en medio de una grave acusación que involucra directamente a uno de sus dirigentes más visibles.
Estela Méndez, visiblemente presente en el evento, optó por no hablar con la prensa. Su actitud reservada contrastó con la expectativa que generó su presencia en medio de la controversia. Aunque su denuncia es pública, aún no se conocen detalles judiciales sobre el avance de la causa.
En cuanto a la banca que deja vacía López, la incertidumbre continúa. Olmedo, con su estilo elusivo, deslizó que será ocupada por otra persona de la lista: “Se correrá la lista seguramente. No tengo el nombre acá, pero será un león. Será alguien que comparta nuestros valores”.
Ese "león" –metáfora frecuente entre los seguidores libertarios– podría ser cualquier dirigente alineado con el ideario de LLA, pero hasta el momento no hay confirmación oficial sobre quién asumirá el cargo.
Más allá de los nombres, lo que queda al descubierto es una fractura interna que evidencia problemas de gestión y selección dentro de La Libertad Avanza en Salta. El caso López no solo sacude al partido por su gravedad, sino que también deja al descubierto la falta de contención y respuesta ante denuncias graves de violencia de género.
El silencio de Méndez y el desentendimiento de Olmedo marcan un contraste doloroso. En un contexto político cada vez más exigente con la integridad de sus representantes, estas actitudes pueden tener un costo alto a mediano plazo.
Además, la falta de una postura clara ante un hecho de tal gravedad puede restarle legitimidad a un espacio que busca posicionarse como alternativa frente a la "casta", pero que, al menos en este caso, no ha sabido diferenciarse de las prácticas que tanto critica.
Mientras la Justicia avanza en la investigación de la denuncia por sextorsión, el partido enfrenta un desafío político: redefinir su liderazgo en el Concejo Deliberante y recuperar la confianza de sus votantes.
La designación del reemplazo de López será clave para saber si La Libertad Avanza apuesta por la renovación o si elige sostenerse en lógicas internas que priorizan el cierre de filas por sobre la transparencia.