Leonel Chiarella, intendente de Venado Tuerto y vicepresidente de la UCR santafesina, fue elegido este viernes como nuevo presidente del Comité Nacional del partido, sucediendo a Martín Lousteau. Con 36 años, el dirigente anunció que su objetivo será fortalecer los valores del radicalismo y promover una gestión eficiente y transparente.
Durante su primer discurso como titular de la UCR, Chiarella remarcó la importancia de la lucha contra la corrupción y el narcotráfico, y destacó que la fuerza política gobierna actualmente cinco provincias y más de 500 municipios, demostrando que es posible administrar recursos de manera responsable.
En el plano laboral, el nuevo presidente adelantó que trabajará junto a los bloques legislativos de la UCR para impulsar reformas que promuevan la formalización de los trabajadores y beneficien a pymes, comercios y pequeños productores. “Hay un sistema que no funcionó y necesitamos modernizarlo”, aseguró, insistiendo en que algunas medidas del Gobierno no son ideológicas, sino cuestiones de sentido común, como controlar el gasto público y garantizar la seguridad en las cárceles.
La elección de Chiarella no estuvo exenta de disidencias: sectores del Radicalismo Auténtico, como Federico Storani, Juan José Casella y Luis Cáceres, no integrarán el nuevo Comité Nacional y cuestionan la estrategia de acercamiento a Provincias Unidas, un armado político que, según sus críticas, fracasó electoralmente en Buenos Aires.
Aunque la noticia se centra en Santa Fe, en Salta el nombramiento genera expectativas sobre cómo la nueva conducción del radicalismo nacional podría influir en la provincia, donde el partido mantiene un papel activo en intendencias, legislatura y alianzas locales. Analistas locales señalan que la apuesta a la modernización laboral y al apoyo a la producción podría resonar en municipios salteños donde la informalidad laboral y la necesidad de fortalecer a las pymes son temas recurrentes.
Chiarella asumirá formalmente sus funciones en las próximas semanas y ya anticipa una agenda de gestión centrada en la eficiencia, la transparencia y el diálogo con los distintos sectores del radicalismo, intentando equilibrar las expectativas nacionales con los desafíos locales, también en provincias como Salta.