La televisión abierta vivió una noche intensa con la esperada entrevista de Mario Pergolini a la China Suárez, que llegó al estudio acompañada por Mauro Icardi. Lo que prometía ser un momento fuerte en la pantalla terminó convirtiéndose en un éxito rotundo para El Trece, que no sólo ganó la franja sino que duplicó los números habituales de su late night. Todo se dio en un contexto donde las redes sociales venían calentando la previa desde horas antes, alimentando teorías, filtraciones y comentarios que anticipaban una emisión fuera de lo común.
El programa comenzó a las 22.48 con un piso de 6 puntos, una marca elevada para ese horario y una clara señal del interés del público. Telefe arrancó apenas por encima, pero la ventaja se diluyó rápido. La aparición de Suárez a las 23.15 dio vuelta el liderazgo y desde ese momento Otro día perdido comenzó a dominar la noche. La audiencia respondió de inmediato: para las 23.18 el ciclo ya había trepado a 6.8 puntos mientras que Telefe caía a 3.8, incluso con el empuje del compacto del amistoso entre Argentina y Angola.
La tendencia no hizo más que afirmarse. A las 23.31, el programa de Pergolini marcaba 7.7 puntos frente a los 3.4 de su competidor. La evolución del rating fue constante, un reflejo directo del interés que generaba la conversación con la actriz. La charla, que alternó momentos íntimos y otros más tensos, mantuvo cautiva a la audiencia hasta pasada la medianoche. El punto más alto llegó con la entrada de Icardi, cuando el ciclo alcanzó 8,2 puntos, quedándose en torno a los 8 hasta el final de la emisión.
Para El Trece, la entrevista significó un triunfo clave. En un horario donde suele quedar por detrás de Telefe y en una noche sin MasterChef Celebrity, logró no sólo imponerse sino también consolidar un rendimiento pocas veces visto en ese segmento. Pergolini encontró en esta nota una herramienta capaz de potenciar a su programa, que habitualmente se mueve en números más modestos.
Pero más allá del rating, el contenido también dejó material para analizar. Suárez habló de su nueva película Hija del fuego y, sobre todo, del desgaste emocional que generan las redes sociales. Sin nombrarla directamente, hizo referencia a la hostilidad que enfrentó en los últimos años y a la tendencia local a confrontar figuras femeninas. La actriz planteó que existe un disfrute social en enfrentar a dos mujeres, una reflexión que se replicó con fuerza en Twitter, Instagram y TikTok.
Otro de los puntos fuertes de la entrevista fue su vínculo con Mauro Icardi. La posibilidad de un casamiento surgió de manera natural, y la actriz confirmó que cualquier plan formal deberá esperar a que el futbolista finalice su proceso de divorcio. Icardi, que escuchaba desde el estudio, coincidió en que la situación todavía está lejos de resolverse, pero aseguró que ambos tienen la intención de avanzar una vez que la cuestión legal quede atrás.
En medio de la charla, Suárez también se definió con claridad respecto a su personalidad. Remarcó la importancia de la lealtad en su círculo íntimo y lanzó una frase que instantáneamente se volvió viral: “yo si algo que no soy es tibia. Ni lo seré nunca”. Esa declaración condensó el tono general de la entrevista, donde la actriz se mostró firme, segura y más dispuesta a marcar sus propios límites que a evitar incomodidades.
El clima del estudio acompañó esa dinámica. Pergolini, con su estilo directo, logró un ida y vuelta que permitió momentos de sinceridad y otros de tensión controlada. La combinación funcionó y mantuvo a la audiencia en vilo durante casi toda la transmisión. No hubo golpes bajos ni revelaciones explosivas, pero sí un equilibrio entre introspección, exposición mediática y una cuota de morbo que resultó suficiente para sostener el interés del público.
Mientras tanto, en Telefe la estrategia no alcanzó para competir. Por el mundo intentó sostener su lugar habitual en el prime time, pero la incorporación del compacto del amistoso no logró repuntar los números. El partido, que inicialmente había captado buena parte de la atención, perdió fuerza en las repeticiones y terminó quedándose con apenas 2.2 puntos hacia el final.
La diferencia entre ambos canales muestra cómo un evento mediático puede modificar por completo la dinámica nocturna. En una época donde las plataformas dominan y la atención del público está dividida entre múltiples pantallas, una entrevista cargada de expectativa sigue teniendo la capacidad de generar impacto real. La televisión abierta, lejos de desaparecer, continúa demostrando que cuando ofrece algo que atrae al público masivo, la gente responde.
El éxito también dejó en evidencia la influencia que tienen las redes sociales en el consumo televisivo. La previa digital fue tan fuerte que funcionó como una campaña de difusión espontánea, multiplicando la atención previo al aire. Hashtags, teorías sobre lo que iba a decir Suárez, capturas de la grabación y hasta análisis del look aparecieron a lo largo del día. Ese clima, que se cocina afuera de la pantalla, es hoy una parte fundamental de la construcción del rating.
En términos televisivos, el balance para Otro día perdido fue redondo: logró la nota más buscada del momento, obtuvo su marca más alta y le dio a El Trece un triunfo claro en la franja. Para Pergolini, significó recuperar un protagonismo que hacía tiempo no tenía en la pantalla abierta. Y para Suárez, fue la oportunidad de retomar el control de su narrativa mediática después de meses de silencio y polémicas.
La entrevista dejó una sensación particular: la de una figura pública que eligió volver a exponerse en sus propios términos, en un espacio donde se sintió a gusto y donde pudo abordar sus temas sin la presión del conflicto permanente. El público respondió a esa dinámica, quizá porque encontró una mezcla equilibrada entre lo personal, lo mediático y lo profesional.
Con este episodio, queda claro que el formato de entrevista sigue teniendo fuerza en la TV argentina cuando se combinan tres elementos: una figura en el centro de la conversación pública, un conductor capaz de sostener el ritmo y una audiencia ansiosa por escuchar una voz que llevaba tiempo en silencio. El resultado fue una noche que marcó la agenda y que, por su repercusión y números, seguramente será recordada como uno de los puntos más altos del año televisivo.