Pablo Laurta, de 39 años, enfrentó este jueves su primera indagatoria presencial ante la Fiscalía de Instrucción de Violencia de Género y Familiar de segundo turno de Córdoba. El acusado del doble femicidio de Luna Giardina y su madre, Mariel Zamudio, eligió romper el silencio, pero solo para hablar de su hijo. Evitó responder cualquier pregunta vinculada con los crímenes que se le atribuyen y que generaron una fuerte conmoción en la provincia.
De acuerdo con fuentes judiciales, Laurta se refirió únicamente a denuncias anteriores radicadas en otra fiscalía y al pedido de restitución internacional de su hijo. Con un discurso centrado en cuestiones familiares, volvió a dejar sin respuestas a los investigadores, que esperaban que su testimonio aportara elementos nuevos para avanzar en la causa.
Un operativo reforzado para la audiencia
La audiencia fue posible gracias a un pedido de su defensa, a cargo de la abogada Alfonsina Muñiz, que solicitó que Laurta declare de manera presencial y no por videoconferencia. La Justicia aceptó y dispuso un operativo especial para su traslado desde el Complejo Carcelario N°2 de Cruz del Eje, donde el imputado permanece bajo un estricto régimen de seguridad.
El convoy, custodiado por efectivos de distintas fuerzas, partió de madrugada y fue seguido de cerca por las autoridades judiciales. El despliegue respondió al alto perfil del caso y a la gravedad de los cargos que enfrenta el detenido, quien ya había protagonizado escenas tensas en traslados anteriores.
Tres crímenes y un mismo acusado
Laurta no solo está imputado por el doble femicidio de Córdoba. También enfrenta otra causa en Entre Ríos, donde se lo acusa del asesinato del remisero Martín Palacio, a quien habría matado y desmembrado antes de robarle el auto para viajar a Córdoba. Los investigadores sostienen que con ese vehículo llegó hasta la casa donde fueron halladas sin vida Luna y Mariel.
Por el crimen del remisero, la fiscalía entrerriana lo imputó por homicidio criminis causa, una figura que agrava la pena y prevé prisión perpetua. En ambos expedientes, la brutalidad de los hechos y la actitud del acusado reforzaron la indignación social y el reclamo de justicia.
Silencios, frases y provocaciones
Desde su detención, Laurta se ha mostrado desafiante. En varios traslados lanzó frases crípticas como “Todo fue por justicia” o “Solo fui a rescatar a mi hijo”, mientras en otra oportunidad se refirió a una de sus víctimas como un “mártir”. Esa conducta, entre el silencio y la provocación, parece formar parte de una estrategia que aún desconcierta a quienes siguen el caso.
Pese a las expectativas, su declaración ante la Justicia cordobesa no aportó novedades. El fiscal evaluará en los próximos días nuevas medidas de prueba, entre ellas pericias psicológicas y reconstrucciones, para definir los pasos a seguir.
Una causa que sigue conmoviendo
El doble femicidio de Luna Giardina y Mariel Zamudio continúa generando impacto en Córdoba y en todo el país. Ambas mujeres habían denunciado previamente situaciones de violencia, lo que reavivó el debate sobre la efectividad de las medidas de protección. En Salta y otras provincias, organizaciones feministas expresaron su repudio y exigieron políticas más firmes contra la violencia de género.
Por ahora, Pablo Laurta seguirá detenido en Cruz del Eje, bajo vigilancia permanente. Mientras la Justicia avanza con las investigaciones, las familias de las víctimas mantienen viva la exigencia de una condena ejemplar y definitiva.