Durante años, los especialistas en salud recomendaron evitar el celular antes de dormir, advirtiendo que la luz azul de las pantallas podía afectar la producción de melatonina y, por ende, la calidad del sueño. Sin embargo, un estudio canadiense reciente sugiere que el efecto del uso de pantallas en adultos podría no ser tan perjudicial como se creía.
Investigadores de la Universidad Metropolitana de Toronto y la Universidad Laval analizaron los hábitos de 1.342 adultos sobre el uso de dispositivos electrónicos en la hora previa a acostarse. Los resultados mostraron que quienes usaban el teléfono todas las noches no tenían peor calidad de sueño que quienes no lo utilizaban, mientras que el grupo con menor descanso fueron los usuarios ocasionales.
El estudio también identificó diferencias según el sexo biológico: la regularidad del sueño se vio afectada en hombres que usaban pantallas por la noche, pero no en mujeres. Además, el tipo de contenido consumido y las interacciones con el dispositivo influyeron en la calidad del descanso: recibir alertas o participar en actividades estimulantes aumentaba la dificultad para dormir.
Aunque la luz azul sigue siendo un factor a considerar, la investigación destaca que la edad y la frecuencia de uso son variables importantes. Los adolescentes y jóvenes son más sensibles a la supresión de melatonina, mientras que en adultos mayores los efectos son menos pronunciados.
Expertos coinciden en que la relación entre pantallas y sueño es compleja y no puede generalizarse. Muchos estudios anteriores se realizaron en laboratorios con condiciones poco representativas de la vida diaria, lo que podría haber exagerado los efectos negativos. En la práctica cotidiana, el uso del celular antes de dormir puede convivir con un descanso saludable si se maneja con moderación.
La clave está en prestar atención al contenido consumido, reducir notificaciones que generen alerta y mantener una rutina estable de sueño. El simple hecho de mirar el teléfono antes de acostarse no siempre interfiere con el descanso, pero cada persona puede experimentar efectos distintos según su edad, sexo y hábitos.
En síntesis, mirar el celular antes de dormir no es necesariamente el enemigo del descanso que se pensaba. Moderación, organización y selección del contenido parecen ser los factores que realmente marcan la diferencia para conciliar un sueño reparador.