El conflicto entre Mauro Icardi y Wanda Nara por la revinculación del futbolista con sus hijas, Francesca e Isabella, sumó un nuevo capítulo mediático. Esta vez, la protagonista fue Eugenia “la China” Suárez, actual pareja de Icardi, quien sorprendió al mostrarse distante del escándalo y lanzar una frase que muchos interpretaron como un dardo hacia el delantero: “Pesadito”.
Todo comenzó el viernes 28 de junio, cuando Icardi se presentó en el Chateau Libertador con una orden judicial para retirar a sus hijas. La situación se tornó tensa: Wanda se negó durante más de diez horas a entregarlas, lo que derivó en la intervención del SAME, la policía y personal del Ministerio Público Tutelar. Finalmente, el futbolista logró llevarse a las niñas, pero el episodio dejó una estela de tensión familiar y mediática.
Mientras todo esto ocurría, la China Suárez optó por el silencio. No acompañó a Icardi en el operativo ni se mostró públicamente con las niñas durante los primeros días de revinculación, tal como lo establecía la orden judicial, que indicaba que la actriz debía incorporarse “paulatinamente” a la rutina familiar.
Sin embargo, el sábado 29 de junio, Suárez rompió el hermetismo con una publicación en sus redes sociales. Compartió una imagen de su hija Rufina, fruto de su relación con Nicolás Cabré, jugando al hockey sobre césped. “Mi primer amor. Mi budita”, escribió, dejando en claro que su atención estaba puesta en su propia familia y no en el conflicto de su pareja.
La frase “pesadito”, que habría dicho en privado según trascendidos en programas de espectáculos, fue interpretada por algunos panelistas como una señal de fastidio hacia Icardi por la exposición mediática y el escándalo judicial. Aunque no hubo declaraciones oficiales, la actitud de la actriz fue leída como un intento de marcar distancia del conflicto y preservar su imagen pública.
Días después, Suárez se reincorporó brevemente a la dinámica familiar con Icardi y sus hijas, cumpliendo con la pauta judicial. Según Yanina Latorre, “la nipona fue a almorzar y se fue”, en lo que describió como una participación “medida y estratégica”.
