A casi un año de la trágica muerte de Daniel “La Tota” Santillán, la Justicia decidió reabrir la causa que investiga las circunstancias de su fallecimiento. El conductor de Pasión de Sábado murió el 22 de septiembre de 2024 tras un incendio en su casa de Castelar, y aunque en su momento se habló de un accidente doméstico, nuevas pruebas y sospechas familiares abrieron un inquietante abanico de posibilidades: ¿fue un accidente, un suicidio o un homicidio?
Desde el inicio, la muerte de Santillán dejó interrogantes sin resolver. El fuego se habría originado en el baño de su vivienda y se extendió hasta el living comedor, donde fue hallado su cuerpo. Las pericias determinaron que el incendio no fue causado por una falla eléctrica, lo que descartó la hipótesis más simple. En cambio, se planteó que el fuego comenzó en sus prendas, lo que podría indicar una acción intencional o negligente.
Sin embargo, dos elementos clave reactivaron la investigación: la puerta trasera de la casa estaba abierta al momento del incendio, lo que sugiere que alguien pudo haber ingresado sin autorización. Además, hubo irregularidades con su teléfono celular, que inicialmente se reportó como perdido, pero luego apareció en manos de la Fiscalía. Lo más inquietante: meses después de su muerte, su número fue eliminado de varios grupos de WhatsApp, lo que indica que alguien lo manipuló post mortem.
La familia exige respuestas
Los hijos de Santillán, Daniela y Coco, junto a su hermano Horacio, recibieron con impacto la decisión judicial. El abogado de la familia, Juan Pablo Merlo, confirmó que la causa se reabrió para esclarecer si se trató de un suicidio o un asesinato. “Queremos tener una sola versión. No podemos quedarnos con dudas sobre cómo murió Daniel”, expresó en diálogo con TN Show.
La familia también cuestiona el manejo del celular por parte de la Fiscalía, que alegó no haber podido extraer información del dispositivo, a pesar de que no se trataba de un teléfono sofisticado. “Estamos esperando que nos lo devuelvan”, agregó Merlo.