Tras disfrutar de unos días de descanso y compromisos laborales en Ibiza, la modelo y conductora Carolina “Pampita” Ardohain regresó a la Argentina y protagonizó un reencuentro inolvidable con sus cuatro hijos. Lejos de los flashes y el glamour europeo, Pampita volvió a poner el foco en lo que más valora: su familia. Y lo hizo con una sonrisa radiante, cargada de regalos, mimos y gestos que reflejan el amor profundo que la une a sus pequeños.
Apenas aterrizó en Buenos Aires, Pampita se dirigió a su hogar para reencontrarse con Bautista, Benicio, Beltrán y la pequeña Ana García Moritán. Cada uno recibió un obsequio especial, cuidadosamente elegido por su mamá durante el viaje. Para los varones, las esperadas camisetas de Messi fueron el regalo estrella, un símbolo de admiración futbolera y orgullo argentino. Ana, por su parte, recibió un antifaz de conejito, una almohada y un peluche a juego, detalles tiernos que reflejan el cariño y la atención de Pampita hacia los gustos de su hija.
Además, no faltaron las clásicas golosinas extranjeras, que ya se han convertido en una tradición cada vez que la modelo viaja. Chocolates, caramelos y dulces fueron parte del festín que acompañó el reencuentro, generando una atmósfera de alegría y complicidad familiar.
El amor no solo vino de sus hijos. En el camarín del programa Los ocho escalones, Pampita fue recibida con ramos de flores imponentes, como muestra de afecto por parte de sus colegas y amigos. “Empezando la semana rodeada de amor”, escribió en sus redes sociales junto a una foto abrazada a sus hijos, dejando en claro que el verdadero sostén emocional está en casa.