La mediática empresaria Wanda Nara volvió a estar en el centro de la escena luego de que se conociera una nueva medida judicial impulsada por su exesposo, el futbolista Mauro Icardi. El conflicto se desató tras la difusión de un video en redes sociales donde se ve a Martín Migueles, actual pareja de Wanda, acariciando la cabeza de una de las hijas que ella comparte con Icardi mientras la niña dormía en un sillón. Este gesto, aparentemente inocente, fue interpretado por el delantero del Galatasaray como inapropiado, lo que lo llevó a solicitar una cautelar que limite el contacto físico entre Migueles y las menores.
La resolución judicial establece que Wanda debe abstenerse de permitir cualquier tipo de contacto físico entre sus hijas y su pareja, bajo pena de una multa en caso de incumplimiento. Esta medida generó un fuerte revuelo mediático, no solo por su contenido, sino también por la reacción que tuvo Wanda frente a la situación.
Lejos de emitir declaraciones públicas o confrontar directamente a Icardi, Wanda optó por una estrategia silenciosa pero contundente: publicó en sus redes sociales una serie de imágenes y mensajes que, sin mencionar el conflicto, dejaron entrever su postura. En una de las publicaciones más comentadas, se la ve junto a Martín Migueles en actitud relajada y sonriente, acompañada por frases como “La paz no se negocia” y “La verdad siempre sale a la luz”.
Este tipo de comunicación indirecta, habitual en el estilo de Wanda, fue interpretado por muchos como una forma de responder sin alimentar la polémica. En el programa Mujeres Argentinas, el periodista Gustavo Méndez señaló que la empresaria busca evitar el enfrentamiento público, especialmente por el impacto que podría tener en sus hijas, quienes ya se encuentran en medio de una compleja dinámica familiar.