En una señal contundente de apoyo al programa económico argentino, el Tesoro de Estados Unidos confirmó un swap por 20.000 millones de dólares con el Banco Central y comenzó a intervenir directamente en el mercado cambiario comprando pesos argentinos. La medida apunta a estabilizar el tipo de cambio y reforzar las reservas en un momento de alta tensión financiera.
El anuncio se conoció tras una intensa semana de gestiones en Washington encabezadas por el ministro de Economía, Luis Caputo, quien retorna este jueves a Buenos Aires junto a su equipo. El acuerdo con el Tesoro norteamericano fue uno de los principales logros de la gira, en la que también hubo reuniones con autoridades del FMI.
La intervención estadounidense se realiza a través del Banco Santander y no forma parte del swap, aunque ambas decisiones están coordinadas. Según explicaron desde el Tesoro, la Argentina atraviesa una situación de "grave iliquidez" y Estados Unidos es el único actor con capacidad de reaccionar con rapidez.
Además del swap, se ratificó la continuidad del esquema de bandas cambiarias, una herramienta que permite contener la volatilidad del dólar sin imponer controles. Para el gobierno, se trata de una política clave para dar previsibilidad al mercado y evitar nuevos sobresaltos.
Este respaldo internacional es visto como un alivio para el Gobierno, que busca frenar la presión sobre el dólar y recomponer la confianza en su programa de ajuste. En el norte argentino, donde los efectos de la crisis se sienten con fuerza, la estabilidad cambiaria es fundamental para proteger los precios, el comercio y el empleo.
Con este nuevo respaldo financiero, el equipo económico espera mantener a raya al dólar en los próximos meses, ganar tiempo para consolidar el equilibrio fiscal y empezar a mostrar señales de recuperación.
Sin embargo, el camino sigue siendo cuesta arriba. El consumo interno está en caída, los niveles de actividad se resienten y la situación social es delicada. El respaldo internacional ayuda, pero no reemplaza la necesidad de resultados concretos en la economía real, sobre todo en provincias como Salta, donde cada sacudida del dólar impacta de lleno en el día a día de la gente.