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MERCADOS EN ALERTA

Los bonos argentinos se desplomaron tras la aclaración de Bessent sobre el apoyo de Estados Unidos

El secretario del Tesoro ratificó conversaciones con el ministro Caputo, pero descartó un desembolso directo y explicó que la asistencia será mediante un swap de monedas.

Los bonos argentinos se desplomaron tras la aclaración de Bessent sobre el apoyo de Estados Unidos

Los mercados argentinos volvieron a mostrar su volatilidad este jueves tras los mensajes cruzados desde Estados Unidos. Los bonos soberanos, que habían arrancado la jornada con subas alentados por la expectativa de un encuentro entre el equipo económico y el secretario del Tesoro, Scott Bessent, borraron esas ganancias en cuestión de minutos. El motivo fue la aclaración del funcionario norteamericano: el respaldo a la Argentina no será con un desembolso de dólares frescos, sino a través de un mecanismo de swap de monedas.

La reacción fue inmediata. A las 11:50 horas, los títulos en dólares sufrieron fuertes caídas: el AE38 retrocedió un 3%, el AL41 un 3,2%, mientras que el GD29 y el GD35 cayeron 0,4% y 0,2%, respectivamente. El GD38 perdió 0,3%, el GD41 0,7%, y el GD46 retrocedió 0,6%. Los papeles más golpeados fueron el GD35, con un desplome del 3,4%, y el GE41, con una baja del 2,4%. El resto apenas se sostuvo con leves avances, insuficientes para compensar el malhumor del mercado.

La confusión comenzó temprano, cuando Bessent publicó un mensaje en la red social X relatando su conversación con el ministro de Economía, Luis Caputo. Allí destacó la “positiva” comunicación que mantuvieron y adelantó que en los próximos días espera recibir en Washington al equipo económico argentino para avanzar en las discusiones sobre posibles mecanismos de apoyo. La publicación generó expectativas en los mercados financieros, que reaccionaron con compras y una recuperación inicial en los bonos.

Sin embargo, poco después, en una entrevista televisiva, el secretario del Tesoro puso paños fríos. “Estados Unidos no está poniendo dinero en la Argentina”, sentenció. Según precisó, el eventual respaldo se canalizará únicamente a través de un swap de monedas, un esquema que le permite al Banco Central acceder a liquidez en dólares, pero que no implica un financiamiento directo ni un ingreso de divisas como el que reclaman los inversores.

El propio funcionario también transmitió un fuerte respaldo político a la administración de Javier Milei. Contó que en el encuentro con ministros de Finanzas del G7 enfatizó la importancia de que el programa económico argentino sea exitoso, no solo para el país, sino también para la región. Y cerró con un mensaje optimista: “El Tesoro está totalmente preparado para hacer lo que sea necesario y continuaremos observando de cerca los acontecimientos”.

Esa dualidad —apoyo político pero sin dinero fresco— fue suficiente para revertir la euforia inicial de los mercados. El desplome de los bonos refleja la fragilidad de los activos argentinos, que dependen en gran medida de señales externas y de la expectativa de respaldo internacional para sostener sus precios.

En Salta y en todo el interior del país, estos movimientos pueden parecer lejanos, pero tienen un impacto concreto. La caída de los bonos encarece el financiamiento externo, alimenta la desconfianza sobre la capacidad del Estado para cumplir con sus compromisos y termina golpeando el acceso al crédito y la estabilidad del tipo de cambio. En la práctica, cada retroceso en los mercados se traduce en más presión sobre el dólar, sobre los precios internos y, en consecuencia, sobre la vida cotidiana de las familias.

La reunión que se espera en Washington será clave para definir los próximos pasos. Caputo buscará reforzar la idea de que el programa de ajuste y orden fiscal necesita respaldo internacional para sostenerse en el tiempo. Pero la aclaración de Bessent deja en claro que el margen de ayuda es limitado y que, por ahora, Estados Unidos no está dispuesto a abrir la billetera.

En este contexto, el Gobierno enfrenta el desafío de transmitir calma a los mercados locales y confianza a la población. Las próximas semanas serán decisivas: mientras el Fondo Monetario Internacional pide acuerdos políticos internos, la Casa Rosada intenta mostrar que cuenta con apoyos externos. La realidad, sin embargo, se refleja en los precios de los bonos, que marcan el pulso de la incertidumbre.


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