Desde hace años, las noticias del área ambiental son sistemáticamente negativas, y resulta evidente la inacción del gobierno en todos sus poderes, así como la inexistencia de políticas públicas acordes. La idea de desarrollo y progreso basada en la sobreexplotación del capital natural y los servicios ecosistémicos de la provincia es un callejón sin salida.
Los problemas estructurales en lo socioeconómico tienen una raíz ambiental: un ambiente deteriorado implica pérdida de oportunidades, especialmente por la reducción de alternativas productivas. El enfoque en unas pocas actividades (minería y agroindustria) limita seriamente las posibilidades reales de desarrollo. Irónicamente, el ministerio responsable se denomina “Producción y Desarrollo Sustentable”.
Sobran ejemplos, especialmente en lo referente al manejo ambiental. Las áreas protegidas son meras figuras decorativas, sin objetivos claros ni articulación con sectores como turismo o cultura. Se trata de extensiones donde el control es prácticamente inexistente, y cuya "protección" depende más de su inaccesibilidad o de condiciones climáticas extremas que de políticas activas. Los escasos planes de manejo están desactualizados o directamente no se implementan. No existen normativas claras para el uso público y turístico que permitan inversiones sostenibles en estos paisajes únicos. Las pocas intervenciones que se realizan terminan, muchas veces, en catástrofes irreparables (por ejemplo, los Ojos de Mar de Tolar).
La educación ambiental es casi inexistente y la comunicación se encuentra sesgada hacia la producción. El desconocimiento social sobre la biodiversidad local y sobre especies amenazadas o protegidas es alarmante. Mucho menos se incorpora la temática ambiental en los programas educativos. Cada ministerio actúa como un compartimento estanco, repitiendo esta lógica internamente entre programas y oficinas.
Esta inacción ha derivado en la ausencia casi total de propuestas a largo plazo para la conservación de la biodiversidad, entendida como el manejo y uso sostenible de la misma. Temas clave como la biotecnología, la cacería y pesca de subsistencia o deportiva, o el aprovechamiento sostenible de productos y subproductos de especies silvestres son un misterio para los organismos estatales, cuando deberían ser líneas de trabajo prioritarias. La subvaloración de estas alternativas está directamente relacionada con la escasa visión y/o formación de los funcionarios a cargo. El capital natural no solo está subutilizado, sino también subvalorado y hasta despreciado frente al uso intensivo y extractivo.
La legislación ambiental, aunque útil y adecuada en su momento, cuenta con más de 20 años de antigüedad. No existen revisiones periódicas ni profundas. El escenario ambiental ha cambiado drásticamente en las últimas dos décadas. Estimaciones globales indican una pérdida del 70 al 80 % de biomasa en vertebrados y plantas. Esta disminución poblacional conduce inevitablemente a extinciones locales: especies antes comunes hoy han desaparecido. A esta legislación ineficiente se suma un poder judicial con penas desactualizadas.
El panorama ambiental de la provincia es, como mínimo, sombrío. Ni siquiera se trata de una incógnita: de continuar por este camino, el futuro será claramente negativo en todos los aspectos. Cada dimensión de nuestra vida cotidiana depende de los ecosistemas nativos. Si no planificamos su conservación desde lo estructural (biodiversidad) y lo funcional (ecosistemas e interacciones), los problemas económicos, sociales y sanitarios se agravarán. Está más que comprobado que una base ambiental fuerte y protegida es condición necesaria para un desarrollo sustentable y sostenible.
Salta posee una biodiversidad asombrosa, reflejada en paisajes y especies únicas en el mundo. Considerar este patrimonio solamente como base para actividades industriales es una visión cortoplacista. Si como sociedad no exigimos acciones concretas a los funcionarios y no tomamos conciencia del valor de nuestros ambientes, difícilmente podremos asegurar un desarrollo real y duradero para nuestra provincia.