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JUSTICIA

Condenan a 19 años de prisión al ex marido de Julieta Prandi por abuso sexual y violencia psicológica

Claudio Contardi fue hallado culpable de abuso sexual con acceso carnal agravado en un contexto de violencia de género.

Condenan a 19 años de prisión al ex marido de Julieta Prandi por abuso sexual y violencia psicológica

En una resolución que marca un fuerte precedente en materia de violencia de género, el Tribunal Oral en lo Criminal N°2 de Zárate-Campana condenó a 19 años de prisión a Claudio Contardi, ex marido de la modelo y conductora Julieta Prandi. El hombre fue hallado culpable de abuso sexual con acceso carnal agravado, cometido en un contexto de violencia psicológica sostenida en el tiempo.

El fallo se conoció este martes y dispuso la detención inmediata de Contardi, quien fue retirado de los tribunales esposado y con el rostro cubierto. La condena se acerca al máximo previsto por el Código Penal para este tipo de delitos —20 años—, y coincide casi por completo con el pedido del fiscal Christian Fabio.

Durante el juicio, la acusación planteó que los hechos ocurrieron en un marco de violencia de género sistemática, en el que se combinaban agresiones psicológicas y abusos sexuales, afectando profundamente la integridad física y emocional de la víctima. El abogado de Prandi, Javier Baños, había solicitado una pena aún mayor: 50 años de cárcel.

La defensa de Contardi, encabezada por Claudio Nitzcaner, había reclamado la absolución y, de manera subsidiaria, el mínimo posible de pena. Sin embargo, el Tribunal desestimó sus argumentos y dio por probados los hechos denunciados. Tras conocerse el veredicto, Nitzcaner confirmó que dejó de representar a su cliente, aunque no precisó si fue por decisión propia o por pedido del condenado.

La condena contra Contardi se inscribe en un contexto nacional de creciente visibilización de la violencia de género y de un mayor compromiso judicial en la aplicación de penas ejemplares. En los últimos años, organizaciones sociales y de derechos humanos han reclamado con fuerza que este tipo de causas no queden impunes, especialmente cuando involucran a figuras públicas que se animan a denunciar.

Si bien el caso tuvo gran repercusión mediática por tratarse de una personalidad conocida, especialistas remarcan que refleja una problemática extendida que atraviesa a todas las clases sociales. En Argentina, según estadísticas oficiales, una de cada tres mujeres ha sufrido algún tipo de violencia por parte de su pareja o ex pareja, y la mayoría de los episodios no llegan a instancias judiciales.

La sentencia contra Contardi es definitiva en la instancia del Tribunal Oral, aunque aún puede ser apelada ante una cámara superior. De todos modos, la orden de detención ya fue ejecutada, por lo que permanecerá alojado en un establecimiento penitenciario mientras se resuelvan eventuales recursos.

En Salta, donde en lo que va del año ya se registraron varios femicidios y un alto número de denuncias por violencia familiar, el fallo genera eco en organismos que trabajan en prevención y asistencia. La provincia cuenta con legislación propia que refuerza las medidas cautelares y el acompañamiento integral a las víctimas, pero los especialistas insisten en que el cambio real depende de la efectividad de las sentencias y la ejecución de las penas.

El caso Prandi–Contardi deja en evidencia que las denuncias sostenidas y la exposición mediática pueden acelerar los procesos judiciales, pero también recuerda que detrás de cada expediente hay una historia de dolor que se extiende por años. El camino judicial no siempre es rápido ni sencillo, y muchas víctimas desisten por temor, desgaste o falta de respaldo.

La condena a 19 años de prisión marca un cierre parcial en una causa que se arrastró durante años y que expuso la complejidad de probar delitos cometidos en la intimidad del hogar. También reabre el debate sobre la necesidad de reformar el Código Penal para endurecer las penas en casos de violencia sexual y garantizar que los condenados cumplan la totalidad de la sentencia.

En un país donde cada día se registran nuevos casos de violencia contra las mujeres, el fallo contra Claudio Contardi representa una señal contundente: la justicia puede y debe actuar con firmeza para proteger a las víctimas y sancionar a los agresores. La expectativa, ahora, está puesta en que este tipo de resoluciones se conviertan en la norma y no en la excepción.


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