El sistema de salud argentino enfrenta una nueva crisis tras conocerse los resultados preliminares de una pericia forense que analiza la muerte de pacientes tratados con fentanilo contaminado. El informe, elaborado por el Cuerpo Médico Forense, confirmó que en al menos 11 de los primeros 20 casos analizados, las infecciones provocadas por bacterias halladas en ampollas del lote 31202 fueron un factor determinante en el desenlace fatal.
El fentanilo, un opioide sintético habitualmente utilizado en cuidados intensivos por su potente efecto analgésico, fue distribuido por el laboratorio privado HLB Pharma, cuyo titular, Ariel García Furfaro, ya está siendo investigado por la Justicia. La causa está en manos del juez federal Alejo Ramos Padilla (anteriormente se mencionaba a Kreplak, pero la causa fue derivada). Las sospechas giran en torno a una posible cadena de negligencias o fallas en los controles de calidad del producto.
La pericia oficial fue entregada al Centro de Asistencia Judicial Federal a fines de mayo. Hasta el momento, se avanzó en el análisis de las autopsias de solo una parte del total de víctimas: 20 de los 96 fallecidos que habrían recibido este fármaco en hospitales de distintas provincias. La mayoría estaba internada en terapia intensiva, en estado crítico, y requería analgesia profunda o sedación.
Según el documento forense, en 11 de esos 20 casos se pudo establecer un “nexo concausal” entre el fentanilo contaminado y el fallecimiento. Esto significa que si bien la infección no fue la única causa de muerte, sí actuó como un factor determinante que agravó el cuadro clínico y aceleró el desenlace.
Otros cinco casos fueron clasificados como de “nexo fortuito”: la bacteria estaba presente, pero el estado de salud de los pacientes ya era tan delicado que la infección no habría modificado el desenlace final. El resto de los casos se mantiene en análisis por falta de documentación clínica completa o porque aún se están procesando muestras.
Lo más alarmante del informe es la identificación de dos bacterias altamente peligrosas en las ampollas de fentanilo. Se trata de Ralstonia mannitolilytica y Klebsiella pneumoniae con resistencia MBL NDM-5. Ambas son conocidas por su capacidad de sobrevivir en entornos hospitalarios y por su resistencia a múltiples antibióticos.
La primera, Ralstonia, si bien suele tener baja patogenicidad en condiciones normales, se convierte en una amenaza mortal para pacientes inmunocomprometidos. Puede formar biopelículas resistentes dentro de soluciones líquidas, como las ampollas de fármacos inyectables. Por su parte, la Klebsiella pneumoniae MBL NDM-5 es un bacilo de alta virulencia, capaz de generar infecciones intrahospitalarias severas. En pacientes críticos, puede desencadenar cuadros de sepsis imposibles de revertir con los tratamientos actuales.
Aunque los casos analizados hasta ahora provienen en su mayoría de hospitales de Buenos Aires y otras grandes ciudades del país, fuentes del sistema de salud de Salta confirmaron que también se recibieron ampollas del lote cuestionado en varios centros de atención pública y privada de la provincia. Si bien no se han reportado muertes directamente asociadas hasta el momento en el norte argentino, se mantiene una vigilancia estricta en las farmacias hospitalarias y se activaron protocolos de control en el Materno Infantil, el Hospital San Bernardo y el Papa Francisco.
El Ministerio de Salud de la provincia trabaja en coordinación con Nación para detectar cualquier lote remanente en circulación y garantizar la trazabilidad de los medicamentos. La prioridad es evitar que estas ampollas puedan ser utilizadas nuevamente. La cartera sanitaria también recomendó revisar los historiales de pacientes que hayan recibido fentanilo entre marzo y mayo de este año.
La investigación judicial intenta reconstruir el recorrido del lote 31202 desde su elaboración en HLB Pharma hasta su distribución en hospitales de todo el país. Se sospecha que la contaminación podría haberse producido durante la etapa de fraccionamiento, en condiciones poco higiénicas o con fallas en la esterilización de las ampollas. También se analiza si hubo irregularidades en los certificados de control de calidad que acompañan cada lote de fármacos.
Ariel García Furfaro, dueño del laboratorio, fue citado a declarar y se lo investiga por posible responsabilidad penal en las muertes. La empresa, con sede en Buenos Aires, tenía contratos vigentes con organismos públicos y licitaciones activas en varias provincias, incluyendo Salta. El juez ya solicitó informes a la ANMAT y al Ministerio de Salud sobre el proceso de aprobación y fiscalización de ese lote en particular.
Además, se investiga si existieron alertas previas que fueron ignoradas. Algunas fuentes sugieren que ya había reportes internos sobre irregularidades en la planta de producción, pero que no se actuó a tiempo para detener la distribución del fentanilo.