La mañana del lunes, una escuela de la zona norte de Córdoba se vio sacudida por un hecho inesperado que puso en alerta a docentes y familias. Un alumno de 12 años, que cursa sexto grado, llevó al aula una pistola calibre 9 mm descargada con la intención de mostrársela a sus compañeros.
El arma pertenece a su padre, un efectivo de la Policía de Córdoba, y había sido tomada por el niño en su propia casa. El menor la colocó en su mochila y la trasladó hasta el establecimiento educativo, sin medir la gravedad de la situación.
Fueron los docentes quienes, al detectar la presencia del arma, intervinieron de inmediato para resguardar al grupo. Minutos después, el padre del alumno acudió a la institución para hacerse cargo del episodio, retirar la pistola y ofrecer disculpas por lo ocurrido.
El incidente despertó una fuerte preocupación en la comunidad educativa, que puso en marcha protocolos de seguridad y contención. Desde el Ministerio de Educación provincial confirmaron que se trabaja junto a la escuela y la familia del alumno para proteger la integridad del menor y llevar tranquilidad al resto del estudiantado.
Las autoridades de la institución remarcaron que se trató de un hecho aislado, pero reconocieron la necesidad de actualizar las medidas de prevención. Al mismo tiempo, insistieron en que no se debe estigmatizar al estudiante, ya que no hubo intención de amenazar a nadie sino una conducta imprudente, aunque con un riesgo evidente.
El caso abrió un debate sobre la importancia de reforzar el control de armas de fuego en los hogares, especialmente en aquellos donde conviven niños y adolescentes. La presencia de un arma, aunque descargada, dentro de un ámbito escolar constituye un factor de riesgo que obliga a redoblar la atención de las familias y a trabajar en la concientización.
En los últimos años, especialistas en seguridad y educación vienen alertando sobre la necesidad de sensibilizar a los adultos en torno al manejo responsable de armas, dado que los menores suelen actuar por curiosidad o imitación, sin medir las consecuencias. Por eso, el rol de padres y madres resulta clave para evitar que estas situaciones se repitan.
La escuela, por su parte, reforzará instancias de diálogo con los estudiantes para transmitir mensajes de prevención y convivencia segura. También se prevé la implementación de talleres con la comunidad escolar para dar contención y recalcar la importancia de mantener entornos libres de violencia.
El hecho ocurrido en Córdoba deja en evidencia que la tenencia de armas en el ámbito familiar, aun cuando pertenezcan a fuerzas de seguridad, demanda extremar cuidados. La educación y la prevención serán herramientas fundamentales para impedir que episodios de este tipo se transformen en una amenaza real dentro de las aulas.