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GRANDES EXPECTATIVAS

Empresarios celebran el triunfo de LLA y piden consensos para avanzar con las reformas

Dirigentes del sector privado respaldan el rumbo económico y reclaman diálogo político para impulsar cambios estructurales.

Empresarios celebran el triunfo de LLA y piden consensos para avanzar con las reformas

El contundente triunfo de La Libertad Avanza (LLA) en las elecciones legislativas reconfiguró el escenario político y despertó entusiasmo entre los principales referentes del empresariado argentino. Las cámaras empresarias y dirigentes del sector privado coincidieron en que los resultados abren una nueva etapa para profundizar las reformas estructurales, aunque advirtieron que el éxito dependerá del consenso político y del sostenimiento del diálogo entre todos los sectores.

El oficialismo, con Javier Milei al frente, logró consolidar una mayoría relativa en el Congreso y eso, según el mundo empresario, ofrece condiciones más favorables para avanzar con cambios de fondo en materia laboral, impositiva y productiva. Las expectativas giran en torno a la posibilidad de dar continuidad al programa de estabilización y desregulación iniciado por el Gobierno, con foco en reducir el costo argentino, atraer inversiones y recuperar competitividad.

En ese marco, los dirigentes empresariales destacaron que el país tiene ante sí “una nueva oportunidad” para retomar un camino de crecimiento sostenido. Coincidieron en que la estabilidad macroeconómica y la baja de la inflación son logros que deben consolidarse con políticas que simplifiquen el sistema tributario, modernicen la legislación laboral y promuevan la formalización del empleo.

El sector privado valora especialmente la posibilidad de recuperar previsibilidad. “Cuando hay reglas claras, las inversiones llegan”, repiten en distintos rubros. La mirada está puesta en la necesidad de reducir la presión fiscal, fortalecer la infraestructura y generar condiciones que favorezcan la producción y el empleo formal.

También hay coincidencia en que cualquier proceso de reforma debe incluir políticas de contención social. Los empresarios reconocen que los cambios estructurales suelen implicar etapas de ajuste y reclaman que el Estado acompañe esa transición con medidas que protejan a los sectores más vulnerables y a la clase media.

Las cámaras empresarias remarcan que la competitividad argentina depende de destrabar sectores clave como la agroindustria, la energía, la minería, la tecnología y la economía del conocimiento. Según sostienen, liberar el potencial de esas actividades permitiría aumentar las exportaciones, generar divisas y crear empleo de calidad.

El impacto electoral también se reflejó en los mercados: tras los comicios, los bonos soberanos subieron con fuerza y las acciones argentinas en Wall Street treparon más del 50%, mientras el dólar oficial retrocedió en las pizarras del Banco Nación. Para el empresariado, esos movimientos expresan una mejora en las expectativas y un primer paso hacia una etapa de mayor estabilidad.

Desde la industria y el comercio, la consigna es clara: consolidar lo avanzado y mantener el rumbo. La Unión Industrial Argentina (UIA) destacó que la elección reafirma la necesidad de ordenar la economía, bajar tasas y reactivar la producción, mientras la Cámara Argentina de Comercio (CAC) valoró la defensa de la iniciativa privada y la responsabilidad fiscal como pilares del desarrollo.

A su vez, representantes de las pymes industriales señalaron que el nuevo escenario político debe aprovecharse para fortalecer la producción nacional y fomentar las exportaciones. Aseguran que una economía más abierta y competitiva permitirá generar los dólares necesarios para estabilizar el tipo de cambio y sostener el crecimiento.

En general, los empresarios coinciden en que el clima político actual ofrece una oportunidad inédita para encarar las reformas pendientes. Pero advierten que sin acuerdos amplios entre el Ejecutivo, el Congreso y los distintos actores económicos, ese impulso podría diluirse.

“Es tiempo de diálogo, no de confrontación”, repiten en los pasillos de las cámaras. Con esa premisa, el sector privado busca mostrarse dispuesto a acompañar las transformaciones, aunque con la expectativa de que sean graduales, consensuadas y sostenibles.

El desafío, según reconocen, será convertir el respaldo en las urnas en un plan concreto que combine previsibilidad, inversión y crecimiento. El mensaje es unánime: el país no puede dejar pasar otra oportunidad.

 


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