El escándalo por el fentanilo contaminado crece día a día. A medida que avanza la investigación judicial, más víctimas salen a la luz: ya se analizan formalmente 68 muertes en todo el país, aunque familiares aseguran que la cifra real es mayor.
La causa está en manos del juez federal Ernesto Kreplak, quien incorporó 20 nuevas historias clínicas provenientes de distintos hospitales, tanto públicos como privados. El común denominador: todos los pacientes recibieron ampollas de tres lotes específicos del fentanilo fabricado por HLB Pharma Group S.A., en colaboración con Ramallo S.A.
Los cuadros que presentaron fueron devastadores: infecciones severas por bacterias como Klebsiella y Ralstonia, que en la mayoría de los casos resultaron fatales.
Hasta hace poco, los casos se concentraban en Buenos Aires, CABA y Santa Fe. Sin embargo, ahora se confirmó la primera muerte en Córdoba, lo que marca un punto de quiebre: la problemática es nacional.
Una de las instituciones implicadas es la Clínica Vélez Sarsfield, que había adquirido 1.700 ampollas de uno de los lotes sospechados. Cuatro historias clínicas ya fueron entregadas a la Justicia, y una de ellas terminó en fallecimiento.
Según informaron fuentes médicas, los casos involucran a dos menores y dos adultos. La víctima fatal fue una persona adulta, pero lo que más conmovió fue el estado crítico de un bebé de solo tres meses, internado en neonatología desde su nacimiento.
El caso del bebé Giovanni
El pequeño Giovanni nació sano por cesárea el 26 de abril. Horas después, comenzó a presentar síntomas inusuales: quejidos, congestión nasal y baja saturación de oxígeno. Fue internado e intubado rápidamente.
“Está grave desde el primer día y estuvo con muchas complicaciones”, contó Sol Basualdo, su mamá, en declaraciones públicas.
El 9 de mayo, el mismo día que la ANMAT ordenó suspender el uso del fentanilo sospechoso, el bebé sufrió una descompensación grave.
“El 26 de junio nos confirmaron que tenía la bacteria Klebsiella. Hoy es portador y sigue luchando por su vida. Es una víctima más de esta negligencia”, afirmó la madre, visiblemente angustiada.
La investigación determinó que los lotes implicados —31.202 y 31.244— fueron producidos el 18 de diciembre de 2024. De allí se distribuyeron 154.530 ampollas en distintas provincias.
Lo más alarmante es que más de 90.000 dosis aún no fueron recuperadas. Y se estima que unas 42.000 ya podrían haber sido aplicadas o estar en depósitos no declarados.
En este contexto, la Justicia Federal ya imputó a 24 personas vinculadas con los laboratorios y la droguería responsable, Nueva Era, por posibles delitos como adulteración de medicamentos y omisión de controles.
Además, se ordenó la inhibición de bienes y la prohibición de salida del país para todos los involucrados. Pero las familias reclaman celeridad: “No fue un error, fue abandono”, repiten en cada marcha que organizan para pedir justicia.
Mientras tanto, el Instituto Malbrán analiza las muestras de sangre de los pacientes fallecidos. Su objetivo es determinar si la infección bacteriana tuvo una relación directa con el fentanilo administrado.
Aunque muchos casos todavía se consideran "sospechosos", los patrones clínicos se repiten con precisión quirúrgica: infecciones generalizadas, resistencia a tratamientos y rápida evolución a cuadros críticos.
Hasta que se confirmen los resultados, la cifra oficial se mantiene en 68 víctimas. Pero todo indica que ese número seguirá creciendo.
En La Plata, donde se detectaron los primeros casos, familiares de las víctimas realizaron una manifestación frente al Hospital Italiano. Llevaron pancartas, fotos de sus seres queridos y un mensaje claro: “Queremos respuestas y que los responsables vayan presos”.
“No es solo un tema de salud pública. Esto fue negligencia empresarial, con vidas humanas de por medio. Necesitamos justicia”, expresó uno de los manifestantes.
