En todo el país circulan más de 80 mil autos mellizos, una modalidad delictiva que crece sin freno y que combina robo, falsificación y estafa. Se trata de vehículos robados que son revendidos con documentación adulterada, la mayoría de ellos camionetas y utilitarios de alta gama.
El engaño comienza con el robo del vehículo, generalmente a mano armada. Luego, las bandas cambian las patentes y falsifican el título, la cédula verde, los seguros y la verificación policial para que coincidan con otro auto igual que no tiene pedido de secuestro. De esa forma, los delincuentes logran vender el rodado como si fuera legítimo.
Una operatoria cada vez más sofisticada
Los estafadores suelen publicar las unidades en plataformas digitales como Marketplace o sitios de compraventa, con fotos reales y precios atractivos. Muchos compradores, confiados, pagan antes de verificar los papeles en el Registro Automotor y descubren el fraude recién cuando intentan hacer la transferencia.
Detrás de cada venta ilegal hay dos grupos organizados: uno dedicado al robo y traslado de los autos, y otro encargado de falsificar la documentación y manejar las transacciones online. Los vehículos robados se “enfrían” unos días en estacionamientos o cocheras para comprobar que no estén siendo rastreados, antes de ponerlos en venta.
Consecuencias y penas
Circular con un auto mellizo puede implicar un delito federal. El Código Penal argentino castiga con penas de tres a ocho años de prisión la falsificación o el uso de documentos destinados a acreditar la titularidad o habilitación de un vehículo automotor. Incluso los compradores de buena fe pueden quedar involucrados judicialmente si siguen circulando con el rodado adulterado.
Ante la detección de un auto mellizo, las autoridades recomiendan realizar la denuncia inmediata y poner el vehículo a disposición judicial. Intentar “resolver por cuenta propia” solo agrava la situación.
Cómo evitar ser víctima
La prevención sigue siendo la herramienta más eficaz. Los especialistas aconsejan cerrar la operación directamente en el Registro Automotor, verificar el número de motor y chasis, y desconfiar de las ofertas con precios demasiado bajos o vendedores que eviten concretar la venta en horario hábil.
También es importante exigir siempre la documentación original y cotejar los datos en el sistema oficial antes de entregar dinero. La mayoría de los fraudes ocurren fuera del horario de atención de los registros, cuando no hay posibilidad de hacer consultas inmediatas.
Una estafa que se moderniza
Con la expansión del comercio digital, los delincuentes perfeccionaron su estrategia. Publicaciones falsas, fotos auténticas y perfiles aparentemente confiables facilitan la venta de autos robados a través de internet. Algunos incluso simulan ser concesionarias o empresas logísticas para dar apariencia de legalidad.
El fenómeno de los autos mellizos refleja una mutación del delito automotor, que combina las viejas prácticas del robo violento con nuevas formas de fraude digital. En un mercado donde comprar un usado sigue siendo el sueño de muchas familias, un solo error puede transformarse en una pérdida millonaria y en un problema judicial grave.
La advertencia es clara: ningún vehículo debe comprarse sin verificar su procedencia. Un control sencillo en el Registro puede evitar caer en una de las estafas más extendidas y costosas del país.