Una nena de 11 años ingresó al hospital de General Deheza la semana pasada por un fuerte dolor abdominal. Lo que parecía una peritonitis derivó en un hallazgo mucho más grave: los médicos detectaron señales de abuso sexual, una severa infección vaginal y debieron operarla con urgencia en el San Antonio de Padua de Río Cuarto.
El personal médico activó el protocolo de abuso infantil de inmediato y radicó la denuncia correspondiente. La fiscal Daniel Miralles ordenó el secuestro de elementos en el domicilio de la víctima y solicitó un estudio socioambiental por parte de la Policía Científica para profundizar la investigación .
Investigación en marcha y estado de la nena
Derivación clave: tras descartar peritonitis, los médicos derivaron a la pequeña al centro de mayor complejidad de Río Cuarto, donde confirmaron la infección y los signos claros de abuso .
Intervención médica urgente: fue operada de urgencia y quedó internada en terapia intensiva con respiración asistida. Aunque el parte es reservado, los médicos destacaron una leve mejoría .
Acciones judiciales: la fiscalía ordenó la revisión del hogar mediante la Policía Científica, y tomará testimonio de la nena mediante cámara Gesell cuando su condición lo permita .
Es un caso que sacudió a la comunidad médica y judicial de Córdoba, y que puso en evidencia el rol crucial del sistema de salud como primer filtro en casos de abuso infantil. La combinación de un síntoma aparentemente común con un protocolo de actuación estricto puede marcar la diferencia entre la detección temprana y el silencio prolongado.