En un paso clave para reordenar y modernizar el servicio de transporte impropio en la ciudad de Salta, la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMT) volvió a tomar las riendas del control total sobre taxis y remises en la capital provincial. La medida se formalizó con la firma de un convenio entre el presidente del organismo, Marcelo Ferraris, y el intendente capitalino, Emiliano Durand. El acuerdo estará vigente hasta diciembre de 2026, con posibilidad de prórroga.
La decisión implica que la Municipalidad de Salta cede nuevamente todas sus facultades y potestades sobre el servicio público de transporte impropio, lo que incluye tanto la regulación como la potestad disciplinaria sobre los conductores y las agencias que prestan este servicio. En otras palabras, la AMT se convierte en la única autoridad con capacidad de fiscalización, sanción y ordenamiento del sistema en el ejido urbano.
Este nuevo acuerdo llega en un momento donde se hace cada vez más evidente la necesidad de actualizar las reglas de juego del transporte en Salta. La falta de controles efectivos, el aumento de autos ilegales y las crecientes quejas de usuarios y choferes habían puesto en jaque el esquema actual, que mostraba signos de desgaste. En ese contexto, la centralización del control en un solo organismo busca aportar previsibilidad y eficiencia.
Desde ambos lados coinciden en que el desafío no es menor. El sistema de taxis y remises viene siendo uno de los más complejos de administrar en la ciudad, con más de 3.500 licencias activas y una red de agencias que operan tanto de forma física como digital. A eso se suma la aparición de aplicaciones móviles informales, que muchas veces funcionan al margen de la ley, generando una competencia desleal con los servicios tradicionales.
Con este nuevo marco, la AMT no solo tendrá la tarea de fiscalizar, sino también de proponer e implementar medidas de modernización que permitan adaptar el servicio a las nuevas demandas de movilidad urbana. En ese sentido, ya se habla de la posibilidad de avanzar con sistemas de geolocalización, registros únicos digitalizados y controles más rigurosos a través de tecnología en tiempo real.
La AMT, que ya tiene experiencia en el manejo del transporte interurbano y metropolitano, contará ahora con las herramientas necesarias para intervenir directamente ante cualquier irregularidad dentro del municipio capitalino. Esto incluye desde controles de habilitación, cumplimiento de tarifas y condiciones de seguridad hasta sanciones disciplinarias en caso de faltas graves.
Por su parte, la Municipalidad de Salta se compromete a colaborar con la infraestructura y logística que requiera la implementación de las nuevas normativas. Si bien cede el control operativo, mantiene un rol de acompañamiento institucional, especialmente en lo que respecta a la articulación con otras áreas del gobierno municipal como Tránsito, Seguridad y Modernización.
En la práctica, los usuarios no verán cambios inmediatos, pero se espera que con el correr de los meses comiencen a percibirse mejoras en la calidad del servicio, especialmente en lo referido a tiempos de espera, control de tarifas y condiciones de los vehículos. También se buscará agilizar los trámites para choferes y titulares de licencias, que hasta ahora debían enfrentar una maraña burocrática para cualquier gestión.
Uno de los puntos centrales será el combate al transporte ilegal, un problema que ha crecido de forma silenciosa en los últimos años. Desde la AMT reconocen que hay cada vez más vehículos que trabajan sin habilitación, captando pasajeros en redes sociales o mediante grupos de mensajería. Para enfrentar esta situación, se prevé reforzar los operativos en puntos críticos y articular denuncias ciudadanas para desarticular estos circuitos informales.
La medida también fue bien recibida por parte de algunas asociaciones de taxistas, que ven en este nuevo esquema una oportunidad para ordenar el rubro y establecer reglas más claras. Aunque también hay sectores que observan con cautela la centralización del poder, temiendo una posible falta de participación en la toma de decisiones.
A pesar de eso, desde la AMT aseguran que habrá canales de diálogo permanentes con los distintos actores del sector. La idea es avanzar hacia una mesa de trabajo conjunta que permita discutir reformas más profundas, como la actualización de tarifas, la regularización de choferes en situación precaria y la eventual implementación de un registro unificado.
Otro aspecto relevante del acuerdo es la posibilidad de prórroga más allá de 2026. Si los resultados son positivos, ambas partes ya dejaron abierta la puerta para extender la vigencia del convenio, lo que permitiría consolidar un modelo de gestión más sólido y sustentable en el tiempo.
En definitiva, la firma de este nuevo convenio marca un punto de inflexión en la manera de gestionar el transporte de pasajeros en la ciudad de Salta. Tras años de superposición de competencias y falta de controles, la centralización en la AMT se presenta como una apuesta por la eficiencia, la legalidad y la modernización.