El dolor en el pecho es una de las sensaciones más inquietantes que una persona puede experimentar. Ante esta molestia, es habitual que nos preguntemos si el origen es algo tan preocupante como un problema cardíaco o, simplemente, una afección muscular. Por eso tiene tanta importancia poder distinguirlos rápidamente.
Si alguien dice “me duele el pecho” lo primero que pensamos es en un problema de corazón, pero hay que mantener la calma porque las causas pueden ser musculares o de otro origen, como un trastorno de ansiedad o problemas digestivos (reflujo).
¿Cómo saber si es muscular o del corazón? Hay diferencias muy específicas que permiten identificar a uno y otro con un cierto grado de eficacia, lo que será fundamental en el manejo de la situación, ya que el tratamiento de cada uno es muy distinto.
El dolor de origen muscular suele estar asociado a la tensión o lesión de los músculos del pecho, como los pectorales o los músculos intercostales, que se encuentran entre las costillas. Este tipo de dolor puede aparecer por diversas razones: una mala postura, un esfuerzo físico intenso, o incluso como resultado de cargar objetos pesados.
En otras ocasiones, un golpe directo en el pecho o una caída también pueden causar este tipo de molestias que llevan a pensar, si no se conocen las diferencias puntuales, en un problema de origen cardíaco.
Las características más comunes del dolor muscular en el pecho son:
Dolor localizado
Aparición tras un esfuerzo físico
Aumento con el movimiento
Alivio con reposo
Un caso común es la costocondritis, una inflamación en el cartílago que conecta las costillas con el esternón. Aunque puede ser muy doloroso, no tiene relación con problemas cardíacos y, generalmente, mejora con el tiempo y tratamientos antiinflamatorios.
Por otro lado, el dolor de origen cardíaco, conocido como angina de pecho, tiene las siguientes características:
Dolor difuso y opresivo
Irradiación
No depende del movimiento
Palpitaciones
Mareos
Vómitos
Fatiga extrema
Es importante saber que el dolor en el pecho, especialmente si es nuevo o severo, nunca debe ignorarse. Ante cualquier duda, lo más recomendable es acudir a un médico para una evaluación.